La Land Rover Defender original fue protagonista de numerosos desafíos y aventuras como el Camel Trophy, lo que lo llevó a tener un reconocimiento mundial como uno de los todoterreno más robustos y capaces. Sin embargo, su sucesora, a pesar de tener una imagen muy similar pero reinterpretada a los cánones actuales, hasta ahora carecía de ese respaldo. Fue así que la marca decidió afrontar una nueva asociación con el Rally Dakar: será el vehículo oficial en 2025 y tendrá un equipo propio un año después.
En primer lugar y hasta 2028, la firma británica aportará la flota de vehículos para apoyo de la organización, que por supuesto serán varias unidades de la Defender para el traslado de autoridades e invitados, así como el reconocimiento de las rutas. El próximo paso lo dará en 2026 cuando la marca pase a competir como equipo oficial, del que aún resta por definir más detalles
La nueva generación del Defender fue presentada en 2019 y el gran cambio respecto a su antecesor no se puede observar a simple vista pero despierta polémica entre sus seguidores y puristas del off-road: está desarrollado sobre la moderna plataforma modular MLA (Modular Longitudinal Architecture) utilizada en otros modelos de la marca, que sobresale por su rigidez y ligereza con respecto al chasis de largueros y mejora su comportamiento dinámico en asfalto.
A nivel de diseño, hay que destacar el gran trabajo de los diseñadores de Land Rover al lograr una reinterpretación retro-moderna del Defender original. Si bien, no tienen ni una pieza en común, todas sus señas de identidad se mantienen: el formato de los faros, los “hombros” de la carrocería, la ventanilla del techo y la rueda de auxilio ubicada sobre el portón trasero. Su silueta es similar a su veterano predecesor, pero a la vez, también está en línea con los más modernos vehículos de la marca, como el Velar o el nuevo Evoque. Un detalle llamativo es esa pieza plástica que aparece sobre la ventanilla trasera, que tiene una función: sirve como soporte para los diferentes accesorios que puede equipar, como una escalera o un botiquín auxiliar.
Puertas adentro, la tecnología tiene un gran protagonismo en su habitáculo, con instrumental 100% digital, pantalla táctil tipo tablet para el sistema multimedia y varios comandos tipo touch-pad como los que se ubican en el volante. Adiós a las palancas para pasar los cambios o conectar la doble tracción, en su lugar posee un comando tipo joystick para la selectora y perillas circulares.
Tal como en el modelo original, la versión 90 cuenta con tres puertas y cuatro plazas, mientras que la 110 ofrece la posibilidad de sumar una tercera fila de asientos para un total de 7 plazas, incluso opcionalmente puede tener hasta tres asientos adelante, con una butaca central plegable.
Mecánicamente, cuenta con los motores de la familia Ingenium con sistemas Mild-Hybrid, con dos alternativas nafteras, un 2.0 turbo de 300 CV y un 3.0 turbo –de seis cilindros- y 400 CV. En el caso de los diésel, hay dos alternativas, ambas 2.0 turbo de 200 y 240 CV, en todos los casos asociados a una caja automática con convertidor de par de 8 velocidades.