Hino es una marca relativamente nueva en nuestro país, con mucho camino por delante por recorrer, pero que en otros mercados tiene una larga trayectoria de 40 años o más y como buena marca japonesa –más aún siendo una división de Toyota, la confiabilidad y durabilidad forman parte de su esencia.
“El diseño de los componentes, los materiales utilizados, la eficiencia en el funcionamiento mecánico, están ahí para ser casi eternos. Un ejemplo clave, es la participación del Dakar. Este tipo de usos tan exigentes, permiten a su regreso a Japón estudiar en detalle el nivel de desgaste de las distintas partes del camión ayudando a mejorar la concepción original de camiones que luego son utilizados en las distintas ciudades. De esta manera, Hino realiza el desarme completo del camión participante del Dakar, desarrollando una ingeniería inversa para retroalimentar con mayor precisión qué potencial rotura podría desarrollar a futuro”, ejemplificó Victor Moure, gerente comercial de la firma nipona.
Y así lo quiere demostrar la filial argentina, que trabaja especialmente en las áreas de venta y posventa para garantizar a sus usuarios la máxima disponibilidad de la unidad, así como la comunicación directa con la casa matriz: “Un camión bien configurado, correctamente usado y aplicado a la industria que corresponda, nos permite asegurar la minimización de improductividades por tener un camión parado para reparaciones de distinta índole. Se trata de la continua comunicación en caso de que lo requiera, para informar cualquier problema o incidente de calidad que merezca su corrección. Este proceso de retroalimentar a nuestra casa matriz, le permite establecer planes de acción para implementar un proceso que asegura la mejora continua de nuestros productos”, explicó el directivo.
Pero como dice una frase, hay que demostrarlo con “hechos, no palabras” y dos transportistas que poseen camiones de la marca dieron su testimonio:
Roberto Cruz posee un Hino FC114 desde el año 2005. Con su camión, transportó caños de PVC, electrodomésticos, productos alimenticios y hasta caballos: “La gente se sorprende cuando les cuento que es de 1995, porque ven su estado y es bastante bueno. A decir verdad, lo compré con algo de miedo porque tenía el motor roto. Desde ese momento fui comprando los repuestos e invertí hasta dejarlo como nuevo: frenos, pintura, motor. Fueron nueve meses en ese año pero que rindieron hasta hoy”.
Por su parte, Fernando Diez es un comerciante de Arocena, provincia de Santa Fe. Con su Hino FC2WHSA modelo 1996, presta servicios de remolque en ruta: “Yo lo compré usado. Antes fue utilizado para cargas en una planta de gas. Es decir que ya tiene mucho tiempo rodando. No me interesa cambiarlo porque reúne todas las características que necesito. Se trata de un vehículo económico y sobre todo, confiable. Si yo no tuviera confianza en el camión, no podría nunca usarlo para salir a la ruta para ayudar a otros que justamente tuvieron un percance técnico”.
Como experiencia propia, Moure comentó la impresión que se llevó de los dueños de unidades Hino con los que habló: “Tuvimos varios contactos con clientes, que a la fecha tienen camiones modelo FC que corresponden a la Serie 500 y que con 1.000.000 km no tuvieron problemas técnicos en cualquier elemento del conjunto motor-caja-diferencial”.
Casi diría que el Hino no necesita publicidad,la calidad de este camión es incomparable e indiscutible,un sólo rival a su mismo nivel…el ISUZU