Seamos realistas, es casi imposible que el Papa Francisco tenga la oportunidad de acelerar o al menos pasear en un superdeportivo como el Huracan RWD que Lamborghini obsequió al sumo pontífice durante la audiencia que tuvo Stefano Dominicali, presidente de la compañía, en el Vaticano el año pasado.
Por eso, y considerando la función humanitaria que debe cumplir la máxima autoridad de la Iglesia Católica, subastarlo era la mejor utilidad que podía dársele a esta joya de la firma de Sant’Agata Bolognese.
Ese fue justamente el principal atractivo de la subasta realizada por la reconocida firma especializada Sotherby’s en Mónaco hace unos días atrás, en la que un comprador de identidad reservada adquirió esta unidad tan especial por 715.000 euros, el equivalente a unos 855.000 dólares más un 20% de impuestos, es decir el cuádruple de su valor de mercado, según anunció la agencia de noticias italiana ANSA.
Obviamente, lo recaudado tendrá un fin benéfico: la totalidad del monto será destinado a un proyecto de reconstrucción de viviendas, templos y estructuras públicas en Nínive (Irak), para ayudar a los miles de refugiados que debieron abandonar esta ciudad amenazada por el ISIS.
Volviendo al Huracán, la unidad en cuestión, además de estar bendecida y firmada por el Papa Francisco tiene otras particularidades, como su decoración dorada en homenaje al Vaticano y, ya hablando de sus características mecánicas, se destaca por ser de tracción trasera (la mayoría de las versiones de este modelo cuentan con tracción integral), eje encargado de transmitir al piso toda la potencia del V10 de 580 CV y 540 Nm de torque –ubicado en posición central trasera-, acoplado a una transmisión automática/secuencial de 7 velocidades.