Desde fines de los 80 y hasta principios de 2000 las versiones diésel tuvieron su gran apogeo, elegidos por su rendimiento, eficiencia y durabilidad eran la opción preferida de quienes utilizaban su vehículo como herramienta de trabajo y realizaban miles de kilómetros por mes, sumado a que el precio de este combustible era mucho más accesible que ahora. Sin embargo, décadas después y a pesar de que estas motorizaciones ganaron aún más en eficiencia, esta situación se revirtió por completo. Hoy por hoy, los diésel sólo representan un 5,5% del total de ventas del mercado argentino, según revela un informe de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA).
Si bien en Europa se dio un panorama bastante similar, las causas fueron diferentes: en el Viejo Continente, la caída en las ventas del diésel se debe principalmente a las cada vez más exigentes normativas anticontaminación, que llevó a las automotrices a ir eliminando paulatinamente estas opciones de su gama y reemplazándolas por las variantes híbridas que prometen un rendimiento similar. En nuestro país convergieron varios factores que también llevaron a la casi desaparición de los autos gasoleros, quedando relegados sólo a vehículos comerciales, pesados y algunos SUV’s. El primero es el precio cada vez más alto del combustible en comparación con la nafta y ni hablar con respecto al GNC, que se convirtió en el aliado de los taxistas o remiseros, desplazando al gasoil. También relacionado con su costo, la complejidad de las motorizaciones diésel actuales con sus diversos componentes y filtros, obliga a cargar diésel “Premium” para evitar problemas en los impulsores, debido sobre todo al nivel de azufre del diésel común.
Por el lado de los fabricantes, hace alrededor de una década atrás, justamente la falta de disponibilidad del diésel Premium en estaciones del interior del país, acarreó por un lado muchos problemas en las motorizaciones modernas y por otro, que la oferta se reduzca: básicamente, las marcas decidieron optar por no incluir versiones diésel para evitar inconvenientes por la mala calidad del gasoil común. El otro factor es que Brasil, principal mercado de la región, nunca tuvo una gran demanda de motorizaciones diésel excepto para vehículos comerciales, por lo que desarrollar este tipo de variantes no era rentable. Así, poco a poco los diésel fueron desapareciendo. Hasta hace un tiempo atrás sólo marcas como Peugeot o Citroën seguían apostando por ellos, pero tras la discontinuación del 308/408 y C4 Lounge desapareció esta opción entre los medianos del segmento C –y tampoco existen en el segmento B y menos en el D-.
Más allá de lo antes mencionado, pasemos a las cifras. De acuerdo al informe de ACARA, las ventas de vehículos diésel en el mercado es muy reducida y proviene principalmente de SUV’s como la Toyota SW4 (2.719 unidades) y en menor medida del Jeep Renegade Trailhawk (500 unidades). El segmento que más patentamientos de vehículos diesel acumula es el de Medianos, de los cuales un 12,1% de sus ventas pertenecían a unidades con este tipo de motorización. Pero en este punto hay que aclarar que los datos corresponden a los últimos doce años y los productos antes mencionados de Peugeot y Citroën –los únicos que ofrecían estas versiones- fueron discontinuados recientemente.
Esto mismo es lo que reflejan los datos siguientes: en 2010, dentro del top 20 de modelos más vendidos, 13 ofrecían esta opción. Sin embargo, su participación en el mercado era realmente baja situándose muy lejos de los nafteros, con un 7,5%. Durante los últimos 12 años y con muchos cambios en el mercado de por medio, muchas marcas eligieron dejar de ofrecer estas opciones y para julio de 2022, sólo 2 de los 20 modelos más vendidos tuvieron una parte de sus ventas en diésel.
Tal como señalamos anteriormente, la excepción a la regla son los vehículos comerciales y utilitarios: aquí nos encontramos con el caso opuesto al de automóviles, ya que 3/4 de sus patentamientos durante este año pertenecieron a versiones diésel. Los tres modelos más vendidos (entre los tres representan un 47,2% del mercado) son pick ups, más específicamente la Toyota Hilux, Volkswagen Amarok y Ford Ranger.
Siguiendo la línea del análisis hecho para los automóviles, en el mercado de comerciales livianos podemos observar a simple vista una dominancia total del diésel sobre los demás combustibles para este tipo de vehículos. De cada 10 patentamientos, 7,5 corresponden a unidades diésel. Dentro del top 20 de modelos vendidos en este año, 9 fueron pick ups, de las cuales 5 se vendieron sólo en versiones diésel, dos tuvieron buena parte en diesel y un modelo no ofrecía esta posibilidad. Luego nos encontramos con los furgones pequeños, de los cuáles sólo 1 tenía más del 70% de ventas en diésel (Peugeot Partner). Cerrando con el último de los 3 segmentos más importantes, los furgones medianos, 4 de sus 5 modelos se vendieron 100% a diesel.
Comparando el mercado del 2010 con el actual y utilizando los 20 modelos más vendidos, nos encontramos con que las pick ups mejoraron su participación en el mercado diésel en un 9,1% (abarcan un 79,2% de los patentamientos diésel), mientras que las otras dos categorías cayeron simultáneamente en un -9,0% (furgones pequeños) y en un -3,2% (furgones medianos).
