En medio de una crisis que está obligando a repensar toda su estrategia y al inevitable cierre de varias plantas, hay una buena noticia para Volkswagen: inició la producción del Tayron en su sede central de Wolfsburg, donde comparte línea de montaje con el Golf y el veteranísimo monovolumen Touran, por lo que todo avanza según lo previsto por la compañía.
Con una foto de la primera unidad fabricada junto con los operarios del complejo industrial posando a su alrededor, la marca alemana dio la bienvenida a su nuevo D-SUV de 7 plazas que reemplazará a la Tiguan AllSpace. Según indica la compañía, estas primeras unidades serán destinadas a los showrooms de los concesionarios y para capacitación de los técnicos de la red comercial, con las entregas para el público comenzando hacia el primer trimestre de 2025.
Presentada a principios de octubre, estéticamente, las diferencias con la Tiguan de nueva generación son bastante sutiles. Su diseño refleja claramente el nuevo estilo de la marca, dejando de lado los trazos rectos por líneas algo más redondeadas e inspiradas en el ID.4, especialmente en el sector frontal, como el formato de los faros –con una firma luminosa que se extiende sobre la parrilla, más fina que en el modelo actual y del paragolpes, con una enorme toma de aire que se extiende a lo ancho y dos canalizadores de aire en los extremos. En este caso, la parrilla es más delgada y los faros algo más rectangulares. Dependiendo de la versión puede contar con detalles cromados, más partes en color carrocería o una suerte de máscara de color negro más deportiva para la variante R-Line, con el emblema R ubicado por fuera de la parrilla.
De perfil también evidencia líneas más redondeadas y con cierto aire a la Touareg, con una línea de cintura ascendente y una pequeña ventanilla triangular sobre el pilar C, mientras que en la parte trasera los faros tienen un diseño más horizontal muy parecido al del facelift de la T-Cross y un aplique que se extiende sobre el portón, uniéndolos bajo un acrílico traslúcido.
Puertas adentro, también es muy parecido a la Tiguan, con un diseño más tridimensional del tablero y un gran despliegue tecnológico, sólo cambian las salidas de aire. En el producto europeo, el protagonismo de la plancha frontal se lo llevan las pantallas, una para el instrumental –de 10,25”- y la otra de 12,9 o hasta 15” tipo tablet flotante para el sistema multimedia, todas enmarcadas con un aplique en Piano Black y con un vistoso sistema de iluminación ambiental.
Desarrollado sobre la plataforma MQB Evo, el Tayron europeo mide 4,77 metros de lago, 1,85 metros de ancho y 1,66 metros de alto, con una distancia entre ejes 10 centímetros más larga que en la Tiguan, lo que se traduce en un mayor espacio para los pasajeros de la segunda y tercera fila de asientos, así como un baúl de 345 litros (con las tres filas en uso) 850 (con dos filas en uso) a 2.090 litros de capacidad, según la versión y la configuración de las butacas.
Mecánicamente, el Tayron estará disponible con una variada gama de motorizaciones, muy similar a la de la Tiguan: la versión de acceso está impulsada por el propulsor 1.5 TSI Evo de 150 CV asistido por un sistema mild-hybrid de 48V. Le siguen las opciones diésel 2.0 TDI de 150 y 193 CV, que agregan la posibilidad de contar con tracción integral 4Motion. Por supuesto también hay espacio para las versiones híbridas enchufables, que combinan el motor 1.5 TSI con un motor eléctrico alimentado por una batería de iones de litio de 19,7 kWh de capacidad. Se ofrecen en dos niveles de potencia, 204 y 272 CV, con una autonomía en modo eléctrico cercana a los 100 kilómetros. En todos los casos, la transmisión es automática DSG de doble embrague de 7 velocidades.
