Cada vez que Ferrari anuncia que presentará un nuevo producto, la expectativa que se genera entre propios y ajenos a la industria es enorme. En una época en la que los conceptos se repiten, pocas marcas logran captar la atención como el Cavallino Rampante y si se trata de su nuevo mayor exponente, aún más. Ese es el caso de la SF90 Stradale, la flamante sucesora de otro ícono contemporáneo como fue LaFerrari.
Y no se trata sólo de un relevo generacional, sino que marcará un antes y un después en la firma de Maranello, que si bien su antecesora ya lo había anticipado, ahora se inaugura de manera oficial: la era híbrida también llegó a Ferrari.
Comencemos precisamente por su mayor novedad, la mecánica: la SF90, cuyo nombre deriva del monoplaza de Fórmula 1 -del que toma parte de su tecnología- y a la vez rinde homenaje a los 90 años de la Scudería, está impulsada por el propulsor naftero V8 de 3.9 litros que recientemente fue elegido como el mejor motor de 2018 y desarrolla una potencia de 780 CV. Asociado a este impulsor, se encuentran dos motores eléctricos de 220 CV y un MGU-K (Motor Generator Unit Kinetic), el dispositivo que se hizo famoso en la Fórmula 1 y funciona como un recuperador de energía durante las frenadas, que luego puede ser utilizada en las aceleraciones. El MGU-K va ubicado entre el motor de combustión y la transmisión, mientras que los propulsores eléctricos fueron colocados en las ruedas delanteras y permiten que el superdeportivo cuente con un modo 100% eléctrico, llamado eDrive, que puede ser utilizado entre los 25 y 135 km/h. Trabajando en conjunto, el tren motriz o la unidad de potencia –siguiendo con la terminología utilizada en la F1- desarrolla nada menos que 1.000 CV y 800 Nm de torque.
La transmisión corre por cuenta de una caja automática de doble embrague y 8 velocidades, completamente evolucionada respecto a la de LaFerrari y que cuenta con una particularidad: carece de marcha atrás. Para retroceder, la SF90 se vale sólo de sus motores eléctricos. Pero lo más interesante y destacado es su performance: acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 340 km/h. En comparación, la Stradale mejoró en un segundo el tiempo de vuelta en el circuito de Fiorano frente a LaFerrari, al marcar 1:19.
Las baterías disponen de una capacidad de 7,9 kWh y permiten optar entre tres modos de funcionamiento: Hybrid, que combina todas las motorizaciones para lograr el máximo de eficiencia como en un híbrido convencional; Performance, que utiliza el motor de combustión para recargar las baterías y prioriza la utilización de la energía eléctrica; y Qualify, que exprime al máximo todo el desempeño de los tres motores, utilizando los 1.000 CV de forma constante.
A nivel de diseño, su estética es extremadamente futurista y se diferencia notablemente de los otros modelos de la marca, con una figura repleta de curvas y soluciones aerodinámicas y vistosos detalles como los faros Matrix Led delanteros o los posteriores, dobles, pero de formato más rectangular. Aún así, los diseñadores se permitieron algún guiño a la F40 o F50, especialmente reconocible en la parte trasera y el acrílico que cubre al motor.
Puertas adentro, ese estilo futurista se hace aún más presente, con formas redondeadas y la incorporación de muchísima tecnología: por primera vez, la marca recurre a un instrumental 100% digital configurable y enlazado también al sistema de infoentretenimiento mediante una pantalla de 16”, al igual que los comandos de la climatización –táctiles-. El volante, además de los mandos ya conocidos en otras Ferrari, agrega un Manetinno extra para gestionar los modos de conducción que mencionamos anteriormente.
A diferencia de otros superdeportivos de la marca, el SF90 no tendrá una producción limitada, sino que será fabricado en serie como su gama “convencional”, por lo que ya buscan tentar a unos 2.000 clientes que fueron invitados a su presentación. El precio no fue develado, pero medios de prensa europeos señalan que rondaría los 385.000 euros, aunque cada unidad se podrá personalizar a gusto de su dueño.