Con un alto porcentaje de efectividad para los integrantes del equipo Rallyraid.com terminó en Buenos Aires esta tarde una nueva edición del mundialmente famoso Rally Dakar. Más sobre el Dakar 2010.
La escuadra dirigida por el ítalo-argentino Jorge Murano brindó asistencia técnica a cuatro vehículos al momento de largar (más el camión que ofició de taller móvil), de los cuales tres llegaron esta tarde al parque cerrado final, ubicado en el predio de la Rural de Palermo en plena ciudad de Buenos Aires.
Debutando en esta carrera y más específicamente en la categoría de coches tras su experiencia en cuadriciclos, Gastón González arribó 47° general entre los 57 sobrevivientes de esta prueba, que gran parte de los expertos de renombre que compitieron anteriormente en ífrica juzgaron como una de las más duras de su historial.
González, piloto que reside en Río Cuarto, fue navegado por Christian Rudi y resultó el tercer mejor argentino clasificado en su primer contacto con la imponente Toyota Tundra 5.7 V8 que construyó aceptando la sugerencia de Rallyraid.com de desarrollar esta camioneta.
La máquina volvió a padecer algunos problemas relacionados al combustible (que se hervía producto del fuerte calor), pero el planteo que Gastón hizo de esta última jornada fue lo suficientemente tranquilo como para totalizar el trayecto previsto.
Jorge Murano merece un capítulo aparte. El volante nacido en Buenos Aires hace 42 años corrió solo, fue segundo en su clase y utilizó el que haya sido probablemente la unidad más veterana de todo el evento: la noble Toyota Land Cruiser que carga a sus espaldas ni más ni menos que 12 ediciones del Dakar.
Esta fue la segunda ocasión en la que Murano se inscribió como piloto, siendo la anterior la del año pasado (abandonó cerca del final) y ésta la primera en la cual llega a la meta (52°) de una competencia que lo tiene como a uno de sus expertos en la faz logística y deportiva.
Hasta esta noche, los comisarios deportivos no se habían expedido acerca del reclamo de penalizaciones de tiempo que Jorge había efectuado con relación a los buggies McRae.
Esta 14° y última etapa se conformó por 166 kilómetros de enlace al principio, un especial de 206 (de promedio rápido, recorriendo campos entre Trenque Lauquen y Bolívar) y otra transferencia de 335 kilómetros hasta la capital del país sudamericano.
Dentro de este grupo, el cordobés Martín Amengual fue 79° entre 88 motociclistas. Su Yamaha 450 llegó prácticamente moribunda a las calles porteñas (el motor pasó la exigencia de milagro) en medio de un marco formidable de público que saludó a los valientes aventureros de este rally con calidez y en forma multitudinaria a lo largo de todo el recorrido.
Todos ellos forman desde hoy parte de un reducido y exclusivo grupo de nativos argentinos que hasta ahora no tenían representantes que hubieran podido completar uno de los 32 Rally Dakar que se han disputado.
El camión de asistencia mecánica, un Mercedes-Benz Actros a cargo del italiano Giovanni Signori (gran artífice del mantenimiento de la Land Cruiser de Murano) acompañado por Nicolás Razzini, también cumplió sobradamente con este desafío de 9.000 kilómetros desandados por diversas regiones de Argentina y Chile por espacio de dos intensas semanas. Otra Toyota similar, la del mendocino Rubén Herrera que también contaba con cierta colaboración en la asistencia de parte de esta escuadra, fue la única que quedó a la vera de la ruta a mitad del evento, aproximadamente.
Mañana, también rodeados por miles de personas que los saludarán, Jorge Murano, Gastón González y Amegual recibirán sus premios en Buenos Aires.
Y Jorge terminó como tenía que terminar, ayudando a uno de los integrantes de su equipo, Martín Amengual en el Parque Cerrado de la Rural.
Declaraciones:
Yo llegué aquí habiendo participado en una docena de Dakar como director de equipo o conduciendo móviles de asistencia, pero con uno solo en rol de piloto en 2009, así que festejo con alegría esta posibilidad de pertenecer al lote de privilegiados que podemos contar una historia como ésta. Adentro de la camioneta, yo iba solo, pero en rigor de verdad hubo gente sin la cual no hubiera estado en condiciones de intervenir ni transitar los caminos tan peculiares de este medio mes. Siempre me sorprende el fanatismo del público por el automovilismo y por esta prueba en América del Sur, de acuerdo a la masa de gente que nos saludaba en cada poblado. En el futuro, la escuadra tratará de seguir desarrollando la pick-up Tundra en carreras de tipo raid (Jorge Murano).
Como dijimos en Santa Rosa, para hoy nos habíamos propuesto hacer una etapa tranquila con el objetivo de llegar a Bolívar sin inconvenientes. Terminamos este gran emprendimiento que fue correr el célebre Dakar con una emoción increíble. Varias veces estuvimos cerca de abandonar por uno u otro motivo, pero el empuje del equipo y la motivación que reiteradamente me supo dar Rudi, además de la fortaleza impresionante de esta Tundra, ayudaron a estar aquí en la rampa de Buenos Aires. La verdad es que hemos sido un grupo de amigos, ninguno profesional en este rubro, que hemos puesto el corazón para dar la vuelta. Dedico el logro principalmente a mi familia por ser un sostén importante, a mi esposa y a mis dos hijos pequeños que me acompañaron en distintos sectores del recorrido (Gastón González).
Hace dos meses, las chances que yo tenía de ser de la partida parecían haberse achicado, pero esta tarde me resultaba muy grato entrar a la Rural de Palermo con mi moto, cuyo motor aguantó con lo justo esta gran exigencia. Es un hecho que jamás olvidaré lo vivido y espero poder repetir la experiencia, ahora con muchos más conocimientos y muchas menos dudas acerca de lo que es un Rally Dakar (Martín Amengual).