Próximo a recibir una importante actualización cuya presentación está prevista recién para el año que viene, el Volkswagen Golf ya tiene su futuro definido y como era fácil de imaginar, será eléctrico. El modelo más representativo de la marca mantendrá sus raíces alemanas ya que seguirá siendo producido en la planta de Wolfsburg, que será modernizada para recibir a la nueva plataforma modular SSP.
Así lo anticipan medios de prensa europeos, tras un cambio de planes resuelto internamente por la compañía con la idea de centralizar la producción de sus productos por plataformas. En ese sentido, junto al próximo Golf será fabricado un nuevo SUV del segmento A, mientras que el denominado Proyecto Trinity, que inicialmente estaba previsto para Wolfsburg, será trasladado al complejo industrial de Zwickay, donde actualmente son producidos el ID.3 y el Cupra Born.
Esta relocalización surgió con el objetivo de reducir la complejidad y los costos de producción, agrupando productos por plataformas y plantas, lo que también sucederá con la versión definitiva del ID.2All, que se fabricará en España junto a su equivalente de Cupra y probablemente de Skoda. Aún no hay detalles del mencionado A-SUV que acompañará al Golf.
Respecto a la próxima generación del hatchback mediano, se espera que sea lanzado en 2028, siendo uno de los primeros productos en estrenar la plataforma SSP. Esta arquitectura representará una gran evolución respecto a la actual MEB, especialmente en capacidades y tiempo de recarga ya que contará con un sistema de 800V apto para cargas ultra-rápidas. Además será compatible con sistemas de asistencia a la conducción y de conducción autónoma de nivel 4.
Estos cambios en la designación de las plantas de producción se da en un momento bastante delicado para la compañía ya que tiene previsto suspender las actividades en las fábricas de Zwickau y Dresden este mes debido a la caída en la demanda de vehículos eléctricos, lo que meses atrás llevó a decidir postergar el inicio de la fabricación del ID.7 para fin de año.