Con casi 23 años –los cumplirá este año-, la planta brasileña de Gravataí es una de las más importantes para General Motors en la región, ya que además de ser una de las más modernas de la compañía, en sus instalaciones se fabrica la nueva generación del Chevrolet Onix y acaba de marcar un nuevo hito: la producción de 4,5 millones de unidades desde su puesta en funcionamiento en julio de 2000.
Gravataí fue la primera factoría de la compañía en instalarse fuera del estado de Sao Paulo y fue pionera en el sector automotriz al adoptar el concepto de polo industrial, reuniendo en un mismo predio a sus principales proveedores. También se convirtió en el primero en Brasil en reciclar el 100% de los residuos industriales generados a partir de su proceso productivo.
En sus 18 años de historia, la planta recibió 3 grandes inversiones destinadas a su ampliación. La primera de ellas ocurrió en 2006, cuando la línea de producción alcanzó una capacidad para 230.000 automóviles por año (para el lanzamiento Chevrolet Prisma). En 2010 elevó la producción a 350.000 vehículos por año (Proyecto Onix) y en agosto de 2017, cuando se anunció una inversión de R$ 1,4 mil millones. Esta última inversión se integra al plan de GM que prevé un total de R$ 13 mil millones entre 2014 y 2019 para Brasil. En 2018 fue fabricado el vehículo número 3.500.000: la unidad que marcó este hito fue un Chevrolet Onix Activ de color Orange Burning, justamente el modelo más vendido de la región junto con su versión sedán, el Prisma.
Sin dudas, el mayor salto a nivel tecnológico y productivo lo dio en 2019 cuando se inició una profunda transformación para radicar la plataforma GEM utilizada por los nuevos Onix y Onix Plus. Además de un nuevo sector de inyección de polímeros donde se moldean y fabrican los paragolpes y otras piezas del vehículo, fueron instalados avanzados softwares de control de producción que permiten controlar en todo momento y en tiempo real todo el proceso de fabricación, además de garantizar que cada pieza sea ajustada con el torque exacto. Los nuevos robots cuentan también con sensores láser que permiten realizar verificaciones dimensionales y controles de los vehículos producidos.
Para los próximos años se espera la introducción de una variante crossover desarrollada sobre el hatchback, que reemplazará al viejo Onix Activ y apuntará a competir con el Fiat Pulse y el Volkswagen Nivus, ubicándose por debajo de la Tracker.