Finalmente llegó el día previsto por Audi para la presentación mundial de su nueva nave insignia, un SUV que además de todo el lujo esperable, pone el foco en la deportividad, posicionándose por encima del conocido Q7 y adelantando la configuración mecánica que veremos en los futuros productos de la marca.
Luego de dos teasers y un cortometraje dividido en varios capítulos que lo tenían como protagonista, ahora sí podemos conocer por completo su diseño: afortunadamente, mantiene los rasgos que anticipaban los bocetos y el concept presentado en el Salón de Detroit del año pasado, destacándose por su imagen agresiva, con una gran parrilla frontal –single frame- ahora de forma hexagonal, con aspecto tridimensional y un marco de color grafito que se extiende hasta los faros y las tomas de aire inferiores, también de gran tamaño. También resaltan los trazos bien marcados del paragolpes y las nervaduras del capot, que le dan un aspecto más musculoso y dinámico, así como los vistosos faros con tecnología OLED.
Siguiendo con su planteo deportivo, el perfil cuenta con un remate posterior más acentuado, siguiendo el concepto de SUV con aspecto de coupé, que también se observa en detalles como las puertas sin marco y la línea de cintura alta y ascendente.
En su interior se ve reflejado el estilo de los últimos vehículos presentados por la firma de Ingolstadt, con un diseño mucho más rupturista, trazos marcados y angulosos con aspecto 3D y un derroche de sofisticación y tecnología. El tablero cuenta con tres enormes displays, uno de 12,3 pulgadas para el Virtual Cockpit (instrumental digital configurable por el conductor), otro de 10,1” para el sistema multimedia MMI y otro de 8,6” que integra los mandos de la climatización y otras funciones de confort.
Esa dotación tecnológica también se materializa en los numerosos asistentes de conducción que equipa este nuevo Audi, como el control de crucero adaptativo, cambio de carril automático, asistente para circulación en atascos o embotellamientos (el vehículo se conduce de manera completamente automática), estacionamiento automático o el nuevo Remote Garage Pilot, que le permite entrar o salir del garage con sólo una orden a través de un smartphone.
El Q8 está desarrollado sobre la plataforma MLB Evo, la misma del Q7, Bentley Bentayga y el Lamborghini Urus, lo que además de proporcionarle unas generosas dimensiones: 4.986 mm de largo, 1.995 mm de ancho y 1.705 mm de alto, así como su sistema de suspensión neumática y tren trasero direccional (opcional) le suministra parte de su mecánica, aunque en el caso de Audi, las lleva un paso más allá.
Toda la gama de este SUV contará con un sistema micro-hibrido o Mild-Hybrid, que consiste en adicionar al motor de combustión un sistema eléctrico de 48V para asistirlo en determinadas situaciones, como el arranque o la marcha a baja velocidad. Así, consigue reducir notablemente las emisiones y el consumo, inclusive puede recargar su batería de iones de litio con la energía recuperada durante las frenadas.
Por el momento, se anunciaron tres motorizaciones, dos diésel -3.0 V6 TDI de 241 CV y 286 CV- ambas acopladas a una transmisión automática con convertidor de par y 8 velocidades, con sistema de tracción integral quattro y una naftera 3.0 TFSI twin-turbo de 340 CV, también asociada a una caja automática de 8 marchas y tracción integral quattro. Ya se habla de futuras versiones aún más deportivas, denominadas SQ8 y RS Q8 con potencias que rondarían entre los 400 y 640 CV.
Su comercialización en Europa está prevista para los próximos meses, mientras que su arribo a Argentina, si bien aún no fue confirmado, podría darse hacia mediados del año que viene.
preciosa la suv /coupé, noto cierta influencia peugeot en el diseño