A pesar de que estamos próximos a la asunción de un nuevo gobierno, hay plazos que culminan antes, uno de ellos es el de los denominados impuestos internos, cuya última actualización estará vigente hasta el 30 de noviembre y sufrirán modificaciones el 1º de diciembre, que de hecho, ya están definidas.
De acuerdo a un artículo firmado por el periodista Horacio Alonso para la web Ámbito Financiero, la AFIP publicó este martes la resolución que modifica la base tributaria a partir de la cual los autos deberán pagar Impuestos Internos, quedando la primera escala en un valor de $14.700.000 de precio al público. El dato surge del ajuste trimestral que aplica el organismo sobre la actual base imponible de $7.345.883, que está vigente hasta fin de noviembre y que pasará a $10.364.902 de precio mayorista, es decir, antes del 21% de IVA y el 15% de la comisión del concesionario. Esto hace que el valor al público se ubique en alrededor de $14.700.000, aunque es un monto estimado ya que dependerá de la forma de pago de los impuestos y de la posibilidad de reducir margen de comisión por parte de los vendedores.
Para la segunda escala, con una alícuota del 35%, la base imponible pasará de $13.561.631 a $19.135.205. Al público, el valor de venta es de alrededor de $27.239.000. Vale recordar que actualmente está en $19.300.000.
Tal como señalamos en otras ocasiones, el aumento en la base imponible no representará grandes cambios frente a lo que ya sucede. Con la inflación y el consecuente aumento de precios, ya no hay 0km por debajo de los $8.000.000 y, teniendo en cuenta que la primera escala hoy se aplica a partir de $10.364.902, hay varios productos del segmento B y C fijados a ese valor. Por ende, como ocurre desde la implementación de los mal llamados “impuestos al lujo”, muchos productos permanecerán “topeados” en las listas de precios oficiales para evitar este gravamen. Así, este tributo termina perjudicando no sólo a vehículos importados extrazona o del segmento Premium, sino también a modelos de producción nacional como el Volkswagen Taos o la Toyota SW4, mientras que otros como el Chevrolet Cruze y Tracker o el Peugeot 208 quedan al borde de abonarlo. Quedan exceptuadas las pick ups, al ser consideradas vehículos de trabajo.
Otra consecuencia, ya mencionada y que siempre se recomienda denunciar, es que los concesionarios cobran importantes sobreprecios –muy por encima del valor de lista- para asegurar al cliente la entrega de la unidad, más aún en la situación actual en que se encuentran, con falta de stock, especialmente de unidades importadas -incluso de Brasil que, a pesar de ser socio del Mercosur, los vehículos provenientes del país vecino ingresan casi a cuentagotas-. De esta manera, prácticamente no existen valores de referencia, ya que los precios de lista no se corresponden con los precios “reales”.
Teóricamente, estos valores estarán vigentes hasta fines de febrero, cuando se realice la próxima actualización, si es que el nuevo gobierno decide mantener este tributo, eliminarlo o realizar algún cambio.