
Tras el aumento de la base imponible en diciembre y próximos a cumplir los tres meses de vigencia, se acerca una nueva actualización de los denominados impuestos internos. Como siempre, la situación es la misma y se repite de manera trimestral, la base sube, los precios de los autos aumentan y quedan a tope o más modelos empiezan a tributarlo, aumentando aún más la distorsión existente en el mercado, ya de por sí golpeado por la poca disponibilidad de unidades y los precios de lista ficticios.
En este caso, tributarán la primera escala (20%) aquellos vehículos con un precio mayorista (salido de fábrica, sin impuestos ni comisiones) superior a los $4.905.000, lo que se traduce en un precio de venta al público por encima de los $7.000.000. Vale recordar que hasta finales de este mes, el monto a partir del cual se aplica el impuesto es por encima de los $5.800.000 (precio al público).
Por su parte, en el caso de la segunda escala –con una alícuota del 35%-, la base imponible será de $9.054.968 (hoy está en $7.599.730) de precio mayorista, aplicándose a un precio de venta al público por encima de los $13.000.000.
Tal como señalamos en otras ocasiones, el aumento en la base imponible no representará grandes cambios frente a lo que ya sucede. Con la inflación y el consecuente aumento de precios, ya no hay 0km por debajo de los $3.000.000 y, teniendo en cuenta que la primera escala hoy se aplica a partir de $5.800.000, hay varios productos del segmento B y C fijados a ese valor. Por ende, como ocurre desde la implementación de los mal llamados “impuestos al lujo”, muchos productos permanecerán “topeados” en las listas de precios oficiales para evitar este gravamen. Así, este tributo termina perjudicando no sólo a vehículos importados extrazona o del segmento Premium, sino también a modelos de producción nacional como el Volkswagen Taos o la Toyota SW4, mientras que otros como el Chevrolet Cruze y Tracker o el Peugeot 208 quedan al borde de abonarlo. Quedan exceptuadas las pick ups, al ser consideradas vehículos de trabajo.
Otra consecuencia, que siempre se recomienda denunciar, es que los concesionarios cobran importantes sobreprecios –muy por encima del valor de lista- para asegurar al cliente la entrega de la unidad, más aún en la situación actual en que se encuentran, con falta de stock, especialmente de unidades importadas, incluso de Brasil que, a pesar de ser socio del Mercosur, los vehículos provenientes del país vecino ingresan casi a cuentagotas. De esta manera, prácticamente no existen valores de referencia, ya que los precios de lista no se corresponden con los precios “reales”.
Una vez que entre en vigencia esta nueva actualización a partir de marzo, tendrá validez hasta mayo, mes en el que otra vez se repetirá la misma situación.