Marzo volvió a mostrar signos de recuperación a pesar del contexto económico inflacionario y de la crisis de semiconductores que golpea a la industria a nivel global. De acuerdo al informe mensual de la Asociación de Fábricas de Automotores, con 21 días hábiles de actividad, el mes pasado fueron producidas 48.746 unidades, lo que representa una suba del 29,4% respecto a febrero –cuando se fabricaron 37.661 unidades- y un 12,9% más frente al año pasado –cuando fueron producidas 43.160 unidades-.
Con estas cifras, el acumulado anual llegó a las 105.058 unidades entre vehículos de pasajeros y utilitarios, indicando una suba del 17,7% en comparación con las 89.277 unidades fabricadas entre enero y marzo de 2021.
La misma situación se dio en exportaciones: en marzo fueron enviadas a otros mercados 24.623 unidades, marcando un incremento del 23% frente a las 20.024 unidades exportadas en febrero y un 10% más respecto al año anterior, cuando fueron enviadas 22.394 unidades.
De esta manera, el acumulado anual de exportaciones alcanzó las 53.945 unidades, un 9,3% más respecto a las 49.373 unidades exportadas entre enero y marzo de 2021.
Por último, en cuanto a ventas mayoristas, el informe indicó que en marzo fueron comercializadas 33.827 unidades a la red de concesionarios, lo que representa una suba del 33% frente a las 25.432 unidades registradas en febrero y un 4,5% más respecto a las 32.359 unidades comercializadas el año anterior.
Así, el acumulado anual llega a 79.406 unidades en este primer trimestre de 2022, un 8% por debajo de las 86.338 unidades comercializadas en el mismo período de 2021.
Al respecto, Martín Galdeano, Presidente de ADEFA, analizó: “El nivel de actividad industrial de marzo mantiene la tendencia de crecimiento que venimos registrando desde hace un año. No obstante esta tendencia positiva en la demanda de los modelos producidos localmente, estamos atentos a la evolución de algunos temas que plantean un desafío importante para la industria e impactan de manera negativa en los flujos de la cadena de valor y en los volúmenes de producción potenciales de las empresas. Entre los más significativos están los problemas globales de abastecimiento de semiconductores y logísticos, y los cambios en las condiciones de pagos al exterior, recientemente introducidas por el Banco Central, los cuales podrían impactar las proyecciones de crecimiento dada la dificultad de la cadena de valor para obtener financiamiento externo en los plazos establecidos”.