Marzo será recordado como un mes atípico en todo sentido debido a la pandemia de coronavirus y al período de aislamiento social preventivo decretado por el Gobierno para intentar evitar su propagación. En la industria automotriz, además de un cierre anticipado de los registros de patentamientos, se suspendió la producción de todas las terminales radicadas en el país. En ese sentido, la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) publicó su habitual informe con los números del mes.
En marzo, con sólo 14 días hábiles de actividad, fueron producidas 19.164 unidades, un 26,7% menos en comparación con febrero y un 33,9% menos respecto al mismo mes del año pasado, aunque obviamente hay que tener en cuenta la suspensión obligatoria de las actividades. De esta manera, el acumulado anual llegó a 65.980 unidades fabricadas, lo que representa una caída del 14% frente al mismo período de 2019.
El mismo panorama se vislumbró en exportaciones: el mes pasado fueron exportados 13.928 vehículos, lo que marca un descenso del 23,1% frente a febrero y de un 33,9% respecto a marzo del año anterior. En el acumulado anual, con 47.919 unidades contabilizadas, se registra una baja del 15%.
Por último y como era esperable, la caída también se refleja en ventas mayoristas: hasta mediados de marzo se comercializaron 18.922 unidades a la red de concesionarios, un 30,4% menos en comparación con febrero y un 43,9% menos respecto al año pasado. Así, el acumulado alcanzó las 71.840 unidades, un 23,7% menos en comparación con el mismo período de 2019 cuando se comercializaron 94.150 unidades.
Al respecto, Gabriel López, presidente de ADEFA, afirmó: “Frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, la industria y todos quienes formamos parte, conscientes de proteger la salud de los colaboradores y la comunidad en general, tomamos acciones concretas para mitigar los efectos de la pandemia ratificando el compromiso firme en la adopción de medidas de prevención sanitaria”.
En su informe la entidad recalca que si bien esta medida se tomó en un contexto de responsabilidad y compromiso, agrava aún más la situación crítica del sector que viene arrastrándose desde hace ya varios años, lo que resulta preocupante para toda la cadena de valor. Por este motivo vienen realizándose diversas reuniones con el Gobierno y otras entidades industriales para intentar mitigar el impacto, priorizando la protección del capital de trabajo y los eslabones más sensibles en pos de generar las condiciones para que, una vez levantada la cuarenta, la actividad pueda retomarse sin mayores obstáculos.