El Wrangler, el producto más icónico de Jeep logra reinventarse adaptándose a los tiempos que corren pero sin perder un ápice de sus capacidades todoterreno, al contrario, las aumenta. Esa fue la idea de la firma estadounidense con la actualización de media vida de la generación JL. Presentada en el Salón de Nueva York, recibió leves retoques estéticos, más tecnología, seguridad y nuevos accesorios pensados para el off road.
Comenzando por su diseño, está claro que no hubo modificaciones muy importantes, de hecho son prácticamente imperceptibles: el detalle más a la vista en las versiones Rubicon es una nueva parrilla con las tradicionales siete barras más largas y con una suerte de máscara negra que se extiende hacia los faros. Para la versión más aventurera también está disponible un malacate Warn con capacidad de más de 3.600 kilos, suficiente para ayudar al vehículo a salir de cualquier apuro o rescatar a otros. Asimismo, toda la gama estrena nuevo diseño de llantas de aleación de 17 a 20”, de aspecto más deportivo en el caso de las variantes Sahara y High Altitude 4xe.
Donde sí se notan los cambios es en el interior, donde fue rediseñada la plancha frontal: además de incorporar más superficies soft-touch, recibió una nueva pantalla de 12,3” –de serie para toda la gama- para el sistema multimedia Uconnect, con más funciones e incluso una guía de los 62 senderos off road más reconocidos por la marca con certificación Jeep Badge of Honor. Este replanteo del tablero hizo que sean reubicadas las salidas de aire, ahora se encuentran por debajo de la pantalla y son de formato rectangular. Mención aparte para las mejoras en seguridad: toda la gama agregó airbags laterales en las dos filas de asientos, advertencia de colisión frontal y control de velocidad crucero adaptativo con frenado autónomo de emergencia, estos dos últimos ítems a partir de la versión Sport S.
Por su parte, la variante híbrida enchufable 4xe suma el exclusivo Jeep 4xe Power Box, un dispositivo que cuenta con salidas de 120 V y 30 amp que permite que el paquete de baterías alimente dispositivos externos.
Mecánicamente, no hay modificaciones de consideración: el Wrangler sigue disponible con un amplio portfolio de motorizaciones que van desde un naftero 2.0 turbo –de 4 cilindros-, que desarrolla 270 CV y 400 Nm de torque, acoplado a la transmisión automática de 8 marchas –se ofrece además una opción manual de 6 marchas-; el conocido Pentastar V6 de 3.6 litros y 280 CV, con 353 Nm de torque, asociado a la caja automática de octava; hasta el poderoso HEMI V8 de 6.4 litros y 470 CV de la versión Rubicon 392.
La marca hace especial énfasis en la variante híbrida enchufable 4xe, clave para su estrategia de electrificación, que mantiene el mismo sistema de tracción de las variantes convencionales, pero con un motor naftero 2.0 turbo asociado a dos motores eléctricos y a una batería de 17 kWh con el que desarrolla 380 CV y ofrece una autonomía de hasta 40 kilómetros en modo eléctrico. Vale recordar que desde hace un tiempo atrás fueron discontinuadas las versiones diésel por su baja demanda. Las versiones Rubicon incorporan además una nueva generación del eje trasero Dana 44 Heavy Duty.
Ya disponible para pedidos en Estados Unidos, las primeras entregas se concretarán en los próximos meses y estimamos que llegará a nuestro país hacia fin de año o a principios de 2024.
hermoso, el color Cian combina muy bien