Kia está experimentando una profunda transformación en toda su gama, con la llegada de una nueva generación de productos que se destacan por su diseño rupturista y nivel de tecnología, muchos de ellos inspirados en la familia de vehículos eléctrico EV como es el caso del flamante K3, develado hace unos meses atrás en México y que acaba de ser presentado en simultáneo para toda Sudamérica en un evento en Perú.
Producido en la planta mexicana de Nuevo León, reemplazará al Rio pero con una propuesta superior, tanto en diseño como en dimensiones y tecnología. Lo primero que llama la atención es justamente su estética: creado bajo la filosofía Opposited United, se destaca en el sector frontal los faros finos y alargados que a la vez dan continuidad a la parrilla Tiger Nose –con el logo de la marca sobre el capot- y que se extienden hasta la parte inferior del paragolpes, con una firma luminosa que dibuja una suerte de 7. Por debajo cuenta con una amplia toma de aire de formato trapezoidal, con los faros antiniebla en los extremos.
Su silueta es completamente diferente al actual Rio sedán –que no se llegó a comercializar en Argentina-, pero sí recuerda a la del K5 –anteriormente denominado Optima-, con un estilo tipo fastback, con una suave caída hacia atrás en lugar de tener los tres volúmenes bien definidos. Su línea de cintura asciende hacia el pilar C y como detalle adicional, posee protecciones en plástico negro en los pasarruedas y el sector inferior de la carrocería junto con llantas con terminación diamantada. Por último, en el remate posterior se destacan los faros con una firma luminosa en forma de C que se extienden a lo ancho de la tapa del baúl, así como una importante sección del paragolpes en plástico negro y un símil difusor.
Junto con la variante sedán, también llegará la versión de 5 puertas, que se diferencia no sólo por el remate posterior, sino por contar con una estética más aventurera, tipo crossover. Su línea de cintura asciende hacia el pilar C y como detalle adicional, posee protecciones en plástico negro en los pasarruedas y el sector inferior de la carrocería junto con llantas con terminación diamantada. Los cambios aparecen desde el pilar B hacia atrás, con un aplique cromado en forma de aleta de tiburón sobre el pilar C y que termina de darle forma a la tercera ventanilla. El remate posterior está menos inclinado que en otros hatchbacks y el baúl “estirado” hacia atrás, lo que repercutirá favorablemente en la capacidad de carga.
Puertas adentro la evolución es total y nuevamente refleja su parentesco con los últimos lanzamientos de la marca: el tablero cuenta con formas más tridimensionales y dos enormes pantallas unidas entre sí, una para el instrumental y otra para el sistema multimedia junto con el nuevo volante de diseño similar al del EV3. Por debajo y hacia los costados se ubican las salidas de aire y los nuevos comandos del climatizador. Su ambientación es algo más minimalista y promete materiales de buena calidad.
A nivel de equipamiento, dependiendo de la versión, el K3 puede contar con climatizador automático bizona con salidas para plazas traseras, iluminación ambiental personalizable, 6 airbags, control de estabilidad y el paquete de asistencias a la conducción Drive Wise con alerta de colisión frontal, sistema de mantenimiento de carril, alerta de puntos ciegos, alerta de tráfico cruzado y detector de fatiga, entre otros ítems.
Para nuestra región fueron anunciados los motores 1.4 de 99 CV y el conocido 1.6 de 121 CV, disponibles con una caja manual o automática de 6 velocidades. En Argentina, tal como lo confirmaron recientemente los directivos de la marca coreana, arribará a principios de 2024.