El comienzo de la nueva era electrificada de los muscle cars está más cerca de lo que pensábamos y tiene relación directa con las fotos “espía” que la propia Dodge dio a conocer hace algunas semanas atrás: el nuevo Charger Daytona 100% eléctrico ya tiene fecha de presentación definida y será el 5 de marzo.
Así lo aseguraron varios medios de prensa estadounidenses de fuentes cercanas a la compañía, que si bien hasta ahora no oficializó la fecha a través de redes sociales, ya estaría confirmada y seguramente en los próximos días lo ratifique a través de algún nuevo teaser.
La nueva generación del Charger representará un punto de quiebre para la marca y para el segmento de los muscle cars, ya que será el primero de propulsión completamente eléctrica y llegará justo después de la despedida del trío Chrysler 300, Dodge Charger y Challenger equipados con el mítico motor HEMI. El primer anticipo lo había dado a fines de 2022 con la presentación del concept Charger Daytona SRT EV y luego en el SEMA con el Stryker Red, adelantando algunas de las características que tendrá. Tras la salida del mercado de sus antecesores, este nuevo producto –cuyo nombre aún no fue confirmado pero que se cree que mantendrá la denominación Charger- tiene vía libre en su desarrollo y para demostrar que su debut está muy cerca, la firma estadounidense publicó en sus redes sociales varias fotos de una unidad de pruebas de pre-serie.
Sorprendentemente, el vehículo prácticamente no cuenta con ningún tipo de camuflaje, salvo en una de las imágenes donde se ve a uno de los testers aplicando el típico ploteo sobre el sector frontal. El objetivo de la marca es mostrar que el atractivo diseño del prototipo se mantiene casi intacto y transmite las mismas sensaciones de un auténtico muscle car. Su silueta, el sector frontal, las tomas de aire, todo hace pensar que debajo del capot se esconde un V8… pero no, en su plataforma hay dos motores eléctricos –uno en cada eje- y baterías.
Por lo que se sabe o lo que planteaba el Charger Daytona Stryker Red Concept, el modelo de producción contará con nada menos que nueve versiones diferentes, cada una con distintos niveles de potencia: las opciones más básicas entregarán 455 y 590 HP (340 y 440 kW), a las que podrán incorporarse los paquetes de mejora eStage 1 e eStage 2, aumentando su rendimiento a 496 HP (370 kW) y 536 HP (400 kW) en el caso de la versión de entrada o de 630 HP (470 kW) y 670 HP (500 kW) para la segunda variante.
Por si esto fuera poco, así como la gama actual posee las versiones Hellcat, su par eléctrico también dispondrán de una variante aún más radical, que será denominada Banshee –cuya potencia no fue anunciada- pero que sí ofrecerá dos paquetes de mejora llamados Direct Connection Stage 1 y Stage 2 con un extra de rendimiento que se activará con una segunda llave de cristal, tal como sucede con el Bugatti Chiron. Adicionalmente a estas mejoras, habrá nueve colores de carrocería disponibles, así como también diferentes tipos de neumáticos y diseños para las llantas.
Una particularidad que seguramente genere polémica entre los preparadores es que a diferencia de los muscle cars con motor de combustión, Dodge bloquearía el software de control y del sistema de propulsión del Charger para que las mejoras y modificaciones sólo puedan ser realizadas por un representante oficial, argumentando que de esta manera no sólo generan una oportunidad de negocio para sus concesionarios sino que también se aseguran que los cambios sean realizados siguiendo los estándares de la marca.
La buena noticia para los más puristas es que afortunadamente también habrá una versión con motor de combustión. Eso sí, ya no contará con el HEMI V8, pero sí con el nuevo Hurricane 6 de 6 cilindros en línea y 3.0 litros, en configuración biturbo y una potencia similar a la de los Hellcat.
No será músculo americano, no tendrá el rugido y no se sentirá la potencia de un verdadero músculo americano