Que sí, que no… llega o no llega… esas son las dudas que tenemos tanto en Argentina como en Brasil sobre el desembarco de la nueva generación del Sandero/Logan a nuestra región. Y es que si bien hace algunas semanas atrás el propio CEO de Renault, Luca de Meo, anticipó que darían prioridad a su gama de SUV’s -más rentables- en detrimento de sus productos más accesibles y de mayor volumen -lo que suponía la cancelación, al menos momentánea, de la renovación del hatchback y el sedán para el segmento B-, la filial brasileña anunció días después una inversión y el lanzamiento de cinco nuevos productos hacia 2022. Ahora, nuestros colegas del país vecino encontraron que la marca registró el diseño de algunos componentes del Sandero en el INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial).
Se trata precisamente de los paragolpes delantero y posterior, del capot y el portón trasero. No se registraron otras piezas como las puertas o la carrocería y curiosamente el paragolpes no tiene ninguna adaptación para alojar el logo de Renault, sino que es idéntico al de Dacia. ¿Qué significa esto? Por lo pronto, sólo podemos decir que se trata de un simple trámite legal, una formalidad como medida de protección intelectual, pero que no confirma que el hatchback vaya a fabricarse en Brasil.
Desarrollados sobre la plataforma modular CMF-B del Grupo Renault-Nissan-Mitsubishi, en esta tercera generación ambos modelos de origen Dacia dejaron de lado su perfil low cost, con una notable evolución en diseño, tecnología, calidad y seguridad, aunque manteniendo la fórmula de equipamiento razonable y precios accesibles que tanto éxito le dio a la firma rumana. Además de múltiples airbags, control de tracción y estabilidad (obligatorios en Europa), esta nueva arquitectura les permitió incorporar asistentes de conducción, a la vez que también están preparados para sumar algún tipo de electrificación, dos aspectos en los que el Sandero y el Logan estaban en falta.
Por ahora, lo único que se sabe es que Renault producirá en Brasil la plataforma CMF-B, lo que facilitaría la producción de esta nueva generación, aunque, tal como indicó Luca de Meo, la prioridad serán los SUV’s, como la versión definitiva del Dacia Bigster que será comercializada bajo el emblema del rombo. Asimismo, la compañía invertirá R$ 1.100 millones en complejo industrial Ayrton Senna de Sao José dos Pinhais para fabricar el motor 1.3 TCe (turbo) -que será utilizado por las nuevas Duster y Captur-, lanzar los cinco modelos a los que hicimos referencia anteriormente e importar dos vehículos 100% eléctricos.
Es una cilindrada chica para impulsar carrocerias medianas. Creo que son para uso en ciudades.