Tal como estaba previsto, Mercedes-Benz eligió Estocolmo, la capital de Suecia, para presentar un vehículo que, al igual que su competidor directo, el Audi e-Tron –al cual se le adelantó por algunas semanas-, marcará un antes y un después en su historia y abrirá el camino para toda una gama de autos eléctricos: el EQC.
Atrás quedaron meses de teasers e imágenes espía, finalmente el modelo definitivo fue develado por completo: con dimensiones similares al ya conocido GLC, su estilo logra una acertada combinación entre el diseño característico de la firma de Stuttgart con un toque futurista, con varios guiños al prototipo que lo anticipaba.
El sector frontal es el más novedoso del conjunto, con una enorme parrilla con barras cromadas y el logo en el centro, flanqueada por los faros de Led que siguen la forma de esa suerte de máscara que se extiende hasta la parte inferior del paragolpes, asemejándola al concept.
De perfil muestra su lado más conservador, con superficies limpias y en línea con otros SUV de la marca, con una inclinación del parante C algo más inclinada y estilizada, que da lugar a un remate posterior bastante novedoso: por primera vez en un modelo de Mercedes-Benz, los faros de Led se extienden a lo ancho del portón, un recurso muy de moda actualmente entre las automotrices y que le dan un cierto aire al Porsche Macan. A pesar de este parecido involuntario, el EQC se identifica claramente como un auténtico Mercedes-Benz, con un destacable equilibrio entre elegancia, sofisticación y deportividad.
Para quienes deseen resaltar más estos dos últimos atributos, la firma alemana ofrecerá dos paquetes estéticos adicionales, Electric Art y AMG Line -obviamente esta última con un acento más sport-.
Puertas adentro, no hay tantas sorpresas: hace sólo unos días atrás, la propia marca publicó un teaser mostrando el aspecto del tablero (ver nota). Al igual que en aquel artículo, confirmamos que su estilo luce similar a los demás modelos de Mercedes, eso sí, con leves cambios como las salidas de aire rectangulares y un kit de iluminación ambiental que realza su diseño. Como en los últimos productos de la estrella, el protagonista del habitáculo es el sistema MBUX, compuesto por dos pantallas de 10,25 pulgadas cada una, para el instrumental y el sistema de infoentretenimiento con tecnología artificial.
Pero pasemos a lo más importante: su mecánica. El EQC estrena una nueva plataforma desarrollada específicamente para vehículos eléctricos y que también utilizarán los próximos integrantes de la gama EQ. Esta arquitectura está formada por dos motores –uno en cada eje, por lo que la tracción es integral-, que entregan en conjunto unos 300 kW o 408 CV y un torque de unos impresionantes 765 Nm, que le permiten lograr muy buenas prestaciones: acelera de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 180 km/h (limitada electrónicamente), nada mal para un vehículo que pesa 2.425 kilogramos.
Para el sistema de alimentación recurre a un paquete de baterías de iones de litio –de 384 celdas, fabricada por Deutsche Accumotive, una filial de Daimler-, que cuentan con una capacidad de 80 kWh y un peso de 650 kilos. Con una carga completa, el EQC puede recorrer más de 450 kilómetros.
El proceso de carga puede realizarse, además de aprovechar la energía durante el frenado -con diferentes ajustes-, mediante un cargador especial refrigerado por agua con una potencia máxima de 110 kW, lo que le permite recuperar el 80% de la carga en sólo 40 minutos.
A pesar de que ya fue presentado oficialmente y Mercedes-Benz ya admite reservas, las entregas recién comenzarán en junio del año que viene. Allí se sumará a un nicho de mercado cada vez más amplio, en el cual el EQC tendrá como rivales al ya mencionado Audi e-tron, el Jaguar I-PACE y el Tesla Model X.
Lo que queda por resolver es si hay alguna tecnología para reducir el peso de las baterías … 650 Kg es una barbaridad, está en el entorno del 40% del peso del vehículo … Hay que llegar a que pesen como mucho1/3 del peso actual … Además, es necesario para obtener mas autonomía.