La cuarta generación del Prius fue presentada en 2015 y es la que se vende actualmente en nuestro mercado. Como toda renovación, se destacó por una evolución en todos los sentidos, desde la plataforma –estrenó la arquitectura TNGA que utilizarán varios productos de la marca en los próximos años- hasta en su eficiencia. Pero si había un punto en el que dividía opiniones es en su diseño, que prácticamente no admite término medio: gusta o no gusta. Su estética, caracterizada por el estilo kammback para el remate trasero lo heredó de su antecesor, pero lo más extravagante era el diseño del sector frontal y los faros traseros, inspirados en el futurista Mirai.
Desde hace varios meses atrás se rumoreaba sobre una posible actualización en la que el exitoso híbrido de Toyota incorporaría un diseño algo más conservador y atractivo, como su variante híbrida-enchufable o PHEV. Finalmente, la firma nipona eligió el Salón de Los Ángeles para presentar este restyling en el que se trabajó en la parte delantera, con nuevos faros de formato triangular en lugar junto con un leve retoque en el paragolpes, menos anguloso. En la parte trasera, los faros cuentan con un diseño algo más simple, que ya no invade parte del paragolpes como en la serie anterior.
Puertas adentro, adopta una nueva pantalla para el sistema multimedia e incorpora varios asistentes de conducción, como el control de velocidad crucero adaptativo y el sistema de frenado automático, entre otros ítems.
Mecánicamente, mantendrá la combinación del motor naftero 1.8 de ciclo Atkinson con un propulsor eléctrico, con los que desarrolla una potencia combinada de 122 CV. Como novedad para el mercado norteamericano, sumará una inédita variante con tracción integral –denominada AWDe-, que cuenta con un motor eléctrico adicional para el eje trasero y baterías de Niquel-Hidruro en lugar de las de iones de litio de las versiones convencionales.
