Contar con vehículos electrificados en la región e incluso producirlos era algo casi impensado hasta hace algunos pocos años atrás. Sin embargo, la transición se acelera a nivel global y también repercute en América Latina: no sólo la oferta es cada vez más amplia, sino que además ya son varios los fabricantes instalados y que ya producen aquí un volumen bastante considerable. Si bien Brasil está a la cabeza de esta revolución, otros países como Uruguay, Argentina o Colombia están avanzando y precisamente las novedades tienen como protagonista a este país.
De acuerdo con el medio colombiano El Tiempo, la automotriz china BYD está analizando la posibilidad de fabricar vehículos eléctricos allí e incluso ya estaría en una etapa avanzada de negociaciones con el gobierno local. El objetivo de la compañía es que esta hipotética nueva planta se convierta en un polo de exportación para toda América Latina.
Cabe destacar que la marca está encarando una ambiciosa expansión en la región que incluye también la producción de autos, camiones, chasis para ómnibus y hasta el procesamiento de litio y fosfato de hierro para baterías en Brasil, donde adquirió los tres complejos industriales que pertenecían a Ford, con una capacidad de producción prevista de alrededor de 150.000 unidades anuales.
El mercado colombiano resulta muy atractivo para la compañía asiática, no sólo por no contar con ningún tipo de restricciones a las importaciones y las facilidades que les brinda el gobierno para su instalación, sino también porque BYD ya es una marca bastante conocida allí: actualmente aproximadamente 1.600 unidades de los buses eléctricos que operan en el país son de la marca. También cuenta con un portfolio de autos y SUV’s, transporte ferroviario, componentes electrónicos y paneles solares, a los que próximamente se sumarán camiones eléctricos con una autonomía de 200 a 350 kilómetros.
Directivos de BYD destacan además que ven un gran potencial en el segmento de híbridos y eléctricos, cuyo precio se espera que comience a ser más accesible a partir de 2025 cuando se logre un mayor volumen de producción a nivel global, por lo que el gran desafío será el desarrollo de una red de infraestructura acorde. Otra ventaja de la compañía es que no depende de terceros ni otros proveedores: “No tenemos problemas por componentes electrónicos y otras piezas porque nosotros fabricamos todo lo necesario para cubrir la producción”, remarcó Lara Zhang, gerente regional de BYD, durante la entrevista con El Tiempo.