McLaren presentó su último convertible del que solo se construirán 500 unidades que incluirá un impulsor de 3.8 V8 biturbo 675 CV, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos, y 8,1 para alcanzar los 200. Su velocidad máxima es de 326 km/h.
Estas prestaciones se obtienen a través de una transimisión de doble embrague y siete marchas que permite transmitir la potencia del motor a las ruedas traseras.
Fue desarrollado sobre la base del 650S pero con un diseño más aristocrático Para mejorar el peso, el convertible posee un monocasco de carbono que incluye elementos como el magnesio y el titanio, además en el interior se bajó el peso al colocarse butacas ultralivianas de fibra utilizadas en el P1 (15 kilos más livianos), pero no solo eso, se eliminó el aire acondicionado ganando 16 kg adicionales (puede solicitarse su inclusión en forma opcional).
El techo rígido retráctil de tres piezas que posee el nuevo descapotable de McLaren puede operarse en marcha hasta 30 km/h. La suspensión fue orientada a la deportividad. Es así que las vías aumentaron su longitud en 20 mm y los reglajes de amortiguadores fueron regulados de modo que sean más firmes que en el 650 S Spider (27% en el tren delantero y 63% en el trasero)
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