La electrificación ya es un hecho en la industria automotriz, pero este cambio en el sistema de propulsión trae aparejadas nuevas posibilidades que comienzan a ser exploradas por las marcas: pueden ser desde el regreso de formatos que actualmente están siendo dejados de lado como los hatchbacks o las berlinas o reinterpretaciones modernas de íconos del pasado, como el Renault 5, el Volkswagen ID.Buzz o, en este caso, el Mercedes-Benz Vision One-Eleven.
Como su nombre lo indica, este concept es una reinterpretación del recordado Mercedes-Benz C111, un prototipo experimental con el que la firma de Stuttgart probó diferentes soluciones como motores Wankel, V8 naftero o un diésel de 5 cilindros durante la década del 70 y que ahora “regresa” como símbolo de la era de la electrificación total. Sus rasgos en común están claramente a la vista y van desde el mismo tono de pintura –incluso con las franjas negras- hasta las proporciones. Eso sí, en el Vision One-Eleven, llevados al estilo de la gama EQ, con líneas más suaves y redondeadas y un derroche de tecnología.
En el frente se destaca la toma de aire enmarcada en una suerte de óvalo donde se alojan los faros redondos –otra referencia a algunos vehículos de la marca de la época- con el agregado de un prominente splitter –que no estaba presente en el modelo original-. De perfil, los trazos rectos dieron lugar a formas redondeadas y enormes llantas de aleación multirayo, pero manteniendo la apertura de las puertas tipo alas de gaviota. Esa suerte de fondo plano o carenado aerodinámico que recuerda al de los monoplazas de Fórmula 1 se extiende hacia la parte trasera culminando en un imponente difusor y que demuestran los avances en aerodinámica actuales. En este sector, al igual que en el frente, un marco ovalado da forma y contiene a las luces circulares.
Al abrir las puertas, nos recibe un habitáculo en forma de cápsula que también merece resaltar el trabajo del equipo de diseño de Carlsbad (California), ya que combina detalles retro con un gran despliegue tecnológico. En cuanto al estilo clásico, podemos mencionar los asientos tipo baquet, así como los cinturones de seguridad con el centro luciendo el logo de la marca y sus anclajes de cinco puntos. Lo moderno está representado por el tablero, formado por una enorme pantalla que se extiende a lo ancho y desde donde se proyecta todo tipo de información, con varias opciones de diseño, incluyendo una con una tipografía pixelada como la de las primeras consolas de juego de los 70 y 80, más una pantalla adicional a la derecha del conductor y el volante achatado, donde también puede proyectarse información gracias a la tecnología de realidad aumentada.
Aquellos motores experimentales del C111 fueron reemplazados por propulsores eléctricos. La firma alemana sólo indicó que posee motores de flujo axial montados junto a las ruedas, que podrían superar los 1.300 CV aunque la cifra no fue confirmada ni especificada oficialmente.
Por el momento, se trata de un ejercicio de diseño y no está previsto su pase a producción, aunque sirve como vidriera del potencial de diseño y desarrollo de la compañía y un nuevo homenaje a su pasado repleto de innovaciones.