Jeep tiene al Wrangler, Land Rover al Defender y Mercedes-Benz al Clase G. Son tres ejemplos de los todoterreno más icónicos y longevos de la industria automotriz –a los que podríamos sumar al Toyota Land Cruiser, Ford Bronco o al Lada Niva-, modelos que se resisten al paso del tiempo y que a lo largo de su historia pasaron por diferentes etapas: muchos de ellos comenzaron siendo un vehículo de uso militar pero luego pasaron a la vida civil y con el correr de los años pasaron a ser un símbolo de status y exclusividad. Ese es el caso del Gelandewagen, uno de los productos más famosos de la firma de Stuttgart, que acaba de alcanzar la cifra de 400.000 unidades producidas a 41 años de su presentación.
Producido casi de manera artesanal en la planta austriaca de Graz, la unidad protagonista de este hito correspondió a la versión G400d, en color Rojo Rubeli y será entregada a un coleccionista de Rhineland (Alemania). A pesar de que su diseño ha permanecido prácticamente intacto desde hace cuatro décadas, la actual tercera generación se renovó por completo, aunque mantiene la fórmula tradicional de chasis de largueros. Creció en dimensiones, siendo ahora unos 5,3 cm más largo y unos 12 cm más ancho, y redujo considerablemente su peso gracias a la utilización de aluminio y aceros de alta resistencia en varias partes de la carrocería. El gran salto lo dio en el interior, con enormes displays para el instrumental y el sistema multimedia, salidas de aire tipo turbina de avión y cuidadísimos materiales y terminaciones. Mecánicamente, desde la generación anterior, el Clase G sorprende por la potencia de sus motores, con opciones que van desde los 285 CV hasta los 585 CV en el caso del G63 AMG, la variante más deportiva de la gama, siempre asociado a una caja automática de 9 velocidades y a un sistema de tracción integral con reductora y bloqueo de diferenciales.
Su origen fue mucho más humilde y como señalamos anteriormente, orientado al uso militar: el desarrollo del Gelandewagen comenzó en 1972 como parte de una alianza entre Daimler-Benz AG y Steyr-Daimler Puch con el objetivo de crear un 4×4 con destacadas capacidades off road. Se dice que nació de una idea del Shah de Irán para el ejército, por lo que las primeras unidades fueron probadas en lugares y condiciones extremas, como el desierto del Sahara, la selva negra alemana o el Círculo Polar Ártico. La producción comenzó en 1979, desde siempre en Graz y tuvo versiones comercializadas bajo licencia como el Peugeot P4 o el Puch G, con cambios en su mecánica, pero diseño prácticamente idéntico. Fue también uno de los Papamóvil más reconocidos y utilizados por Juan Pablo II y decenas de unidades fueron adquiridas por el ejército argentino. Su etapa más exclusiva comenzó en 1992 con la llegada de la segunda generación (W461), que tuvo su primera versión AMG equipada con un V8 con compresor que entregaba 476 CV y que pasó a ser de las más vendidas de la gama. La actual generación W463 fue presentada en el Salón de Detroit de 2018 y a pesar de la revolución tecnológica que plantea, sigue siendo uno de los vehículos con mayores capacidades off road del mercado.
En un contexto en el que la electrificación y los SUV’s avanzan y desplazan a los vehículos más tradicionales, el Clase G es uno de los pocos todoterreno “old school” que aún quedan y que todo parece indicar, tendrá una vida muy larga por delante, por lo que no pasará mucho tiempo hasta alcanzar el próximo hito de 500.000 unidades fabricadas, rodando a la par de los nuevos eléctricos de la marca, como el EQC.
Hola, tuve un GD300, año 1985, lo compré con 11000 km. Y lo vendí en el 2015 sin abrirle nunca el motor!! Un vehículo interminable, pero acá no teníamos repuestos porque Mercedes Benz decía qué ese modelo no lo trajeron ellos al País y no tenían obligación de asistirloSIC. AÚN ANDA!!!
Son modelos que no pasan de moda, siempre van a tener ese publico fiel que los caracteriza.
Gustavo Woltmann