A principios de septiembre, MINI presentó la nueva generación del Cooper SE o Electric, bastante diferente a las variantes convencionales del hatch y con la particularidad de que fue desarrollado y es producido en China junto a Great Wall. Si bien resulta claramente identificable con un producto de la firma británica, su estilo más simple y minimalista no transmitía tanta sensación de deportividad como acostumbra la compañía. Atenta a esto, la marca decidió incorporar el pack John Cooper Works, que pronto estará disponible en Europa.
Aunque sólo se trata de un paquete estético, es notable cómo cambia la imagen y la apariencia del MINI Cooper Electric, añadiéndole mucho más carácter. En el sector frontal se destaca la parrilla –casi completamente carenada- con la toma de aire inferior más prominente al igual que las aletas ubicadas en los extremos del paragolpes. De perfil también agrega zócalos más grandes, llantas de aleación Lap Spoke de 18 pulgadas con terminación bitono diamantadas con el logo JCW, mientras que en la parte trasera incorpora un gran alerón que se extiende sobre el portón trasero junto con paragolpes específicos, con un gran difusor en la parte inferior y una suerte de aletas en los extremos. Completa la personalización el techo en color rojo –al igual que la carcasa de los espejos- y las franjas sobre el capot.
Puertas adentro también se respira un aire de mayor deportividad, ya que suma butacas exclusivas con mayor agarre lateral, con revestimiento en cuero y costuras rojas, decoración que también está presente en la plancha frontal del tablero y en los paneles de las puertas. Aunque no suma mejoras en su mecánica, sí cuenta con un modo denominado Go-Kart que se visualiza en la pantalla circular y que no sólo cambia la iluminación pasando a destacar el color rojo, sino que también mejora la respuesta del acelerador y emite un sonido (artificial) más llamativo.
Tal como señalamos anteriormente, se trata de un pack estético, por lo que no hay modificaciones en su mecánica. En este caso, toma como base la versión SE, equipada con un motor de 218 CV y 330 Nm de torque, alimentado por una batería de 54,2 kWh de capacidad, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y una autonomía que asciende a 402 kilómetros. Esta opción es apta para un cargador de corriente continua de 95 kW, aunque también puede reabastecerse con uno convencional de 11 kW.
La marca subraya que mantiene el característico go-kart feeling del hatchback gracias a la entrega de torque instantánea que le proporciona el motor eléctrico, sin interrupciones al no contar con una caja de cambios convencional junto con una gran estabilidad y agilidad debido a que las baterías estarán instaladas debajo del piso, garantizando así un bajo centro de gravedad. Por ahora no está prevista la llegada de una auténtica variante John Cooper Works eléctrica.