Chevrolet se prepara para lo que será una feroz e interesante competencia en el segmento mediano con la nueva Ford Ranger y para eso, finalmente presentó la nueva generación de la Colorado en Estados Unidos que, si bien se trata de una novedad para el mercado norteamericano, da un claro anticipo de la próxima S-10 brasileña que, según la propia compañía, deberá ser prácticamente idéntica.
La evolución es evidente y se va notando aún más al observarla en detalle. Estéticamente, su diseño es mucho más agresivo y está inspirado en la Silverado, con trazos rectos bien marcados y un frente mucho más imponente, con una enorme parrilla dividida por la clásica barra horizontal que identifica a las pick ups norteamericanas de Chevrolet junto con faros más pequeños y alargados y las luces antiniebla ubicadas en una posición más alta, achicando el voladizo y mejorando el ángulo de ataque.
De perfil también se destacan los trazos rectos y los musculosos pasarruedas, con protecciones en plástico negro en la mayoría de las versiones, así como un mayor despeje de la suspensión que le da un porte más robusto. Por último, el remate posterior sigue el estilo de la Silverado, con faros rectangulares de aspecto más tridimensional y el nombre Chevrolet estampado sobre el portón.
Cabe aclarar que en aquel mercado, la Colorado estará disponible en varias versiones diferenciadas entre sí por su estética: desde las más básicas con paragolpes sin pintar y llantas de acero, pasando por una de aspecto más deportivo (Z71) otra más off road (Trail Boss) y una aún más extrema (ZR2) con neumáticos todoterreno, mayor despeje y mayor preparación para incursionar fuera del asfalto.
Sin dudas, el mayor salto lo da en el interior: atrás quedaron las críticas por su aspecto o calidad de materiales, la nueva Colorado busca transmitir una sensación de mayor refinamiento, pero a la vez con una cuota de deportividad y sobre todo, tecnología. En el tablero se destaca el instrumental analógico/digital con una enorme pantalla de 11,3” que se extiende a continuación para el sistema multimedia. Aunque se eliminaron muchos botones, mantiene algunas perillas y teclas para las funciones más importantes. Entre su equipamiento, dispondrá de climatizador automático bizona con salidas de aire traseras, faros de Led, cargador inalámbrico, control de velocidad crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia, alerta de tráfico cruzado trasero y sensor de punto ciego, entre otros ítems.
Desarrollada sobre la plataforma GMT 31XX-2, una evolución de la actual, creció considerablemente la distancia entre ejes, pasando de 3,25 metros a 3,33. El largo se mantuvo casi intacto, con 5,41 metros vs 5,40 de la generación saliente. Tal como señalamos anteriormente, la estrategia de General Motors es unificar y simplificar lo más posible la gama de su pick up, por lo que sólo se ofrecerá en una única configuración de cabina doble y tamaño de caja de carga –no habrá versiones de cabina simple o extendida, ni con caja más larga-.
Mecánicamente, sí está pensada para el mercado norteamericano y es donde seguramente más se diferencie de la S-10: la Colorado estará disponible sólo con un motor naftero 2.7 turbo –dejando de lado el V6 y la opción turbodiesel- con varias opciones de potencia que van desde los 240 CV y 35,8 kgm de torque hasta los 314 CV y 53,9 kgm de par para la Z71 y Trail Boss, mientras que en la ZR2 el torque aumentará a 59,4 kgm. En todos los casos, la transmisión es automática con convertidor de par de 8 velocidades.
Producida en la planta estadounidense de Missouri, su lanzamiento está previsto para el primer semestre del año que viene. Para nuestra región, la nueva S-10 también será presentada en 2023, con un diseño similar pero manteniendo el motor diésel Duramax 2.8 y su derivada SUV.
Muy linda Ami me gustaría la colorado por su motor disel