Las versiones eléctricas de los utilitarios –tanto chicos, como medianos y grandes- están teniendo cada vez mayor demanda en Europa y es que su costo operativo más bajo sumado a las restricciones de circulación existentes en muchas ciudades, las volvieron muy atractivas frente a las tradicionales diésel y por supuesto Mercedes-Benz no se iba a quedar afuera de esta competencia, de hecho, venía desarrollando desde hace tiempo una nueva generación de la eSprinter, que acaba de ser develada.
La evolución respecto a su antecesora es total. Basada en la última generación del utilitario –la misma que se fabrica en Argentina-, no presenta diferencias estéticas –al menos a simple vista- respecto a las versiones convencionales, ya que el puerto de carga se esconde detrás del logo de la estrella en la parrilla. El resto es idéntico a las variantes diésel, inclusive en el interior, compartiendo el tablero, pantalla del sistema multimedia y comandos. La única particularidad es que en lugar del tacómetro cuenta con un indicador del nivel de carga de la batería y el sistema de infoentretenimiento agrega funciones específicas para controlar el funcionamiento del vehículo y autonomía.
Pasemos entonces a lo más importante, su mecánica y configuraciones disponibles: aquella primera eSprinter ofrecía sólo 115 o 150 kilómetros de autonomía en sus dos versiones, la nueva prácticamente cuadruplica esa cifra. Impulsada por un motor eléctrico que cuenta con dos niveles de potencia -136 o 204 CV- y 400 Nm de torque, se asocia a un paquete de baterías de litio-ferrofosfato con una capacidad de 113 kWh que le permiten recorrer 400 kilómetros con una sola carga en uso mixto según el ciclo WLTP o hasta 500 kilómetros sólo en uso urbano. Está previsto que más adelante se incorporen opciones con menores capacidades para las empresas y/o particulares que no requieran tanta autonomía.
Adicionalmente, la eSprinter viene equipada con un cargador portátil de 9,6 kW que debería completar la recarga dejando enchufado el vehículo toda la noche, aunque también es apta para cargas rápidas –con corriente continua de 50 kW o de hasta 115 kW como opción, que recupera un 80% en apenas 42 minutos-.
En el caso de la configuración más grande, con largo extendido y techo alto, el volumen de carga es de 13,8 m3 o de 1,2 toneladas, valores similares a las versiones diésel equivalentes. También estará disponible con carrocería pick up o chasis-cabina.
Fabricada en las plantas de Charleston (Estados Unidos), Düsseldorf y Ludwigsfelde en Alemania llegará a los concesionarios en los próximos meses. Su arribo a Argentina no está confirmado, no así su producción, ya que el complejo industrial Juan Manuel Fangio seguirá enfocándose en las versiones convencionales.