Lo veníamos anticipando, faltaba poco para la presentación del nuevo Citroën C3 para el mercado europeo porque las unidades de prueba ya estaban circulando y finalmente el momento llegó: la marca francesa develó a la nueva generación de su hatchback para el Viejo Continente y con ello ahora sí tenemos claras las diferencias entre este modelo y su par regional, producido en Brasil y comercializado en Argentina.
Lo dijimos en un artículo anterior, parecido pero no igual: a primera vista se nota el parecido entre ambos C3, pero observándolos más en detalle aparecen las diferencias. El modelo europeo tiene un diseño más logrado, superficies de la carrocería con formas más trabajadas y terminaciones mucho más llamativas que buscan alejarlo de una imagen low cost, aunque se ubica por debajo del Peugeot 208 o del Opel Corsa. Donde más toman distancia es en el sector frontal, donde el del Viejo Continente posee un estilo inspirado en el concept Oli, especialmente en el formato y la firma luminosa de los faros, en forma de C invertida. También cuenta con una parrilla más fina y alargada y estrena el renovado emblema de Citroën, con el característico doble Chevron, pero ahora enmarcado en un óvalo. Por debajo, el paragolpes cuenta con una gran toma de aire central donde se ubican también los faros antiniebla y dos canalizadores en los extremos.
De perfil es donde los dos modelos más se parecen ya que su silueta es similar, aunque como señalamos anteriormente, el europeo tiene un mejor tratamiento de las superficies de la carrocería, con formas más elaboradas. El parecido se vuelve a hacer notar en la parte trasera, pero en este caso con faros con formas más rectas, con tecnología Led, así como también en el diseño del paragolpes y el nuevo logo de la marca destacándose sobre el portón.
Donde no se parecen prácticamente en nada es el interior: allí el nuevo C3 le saca años luz de distancia a su par brasileño: lo único que comparten son las salidas de aire de los extremos del tablero y el formato de la pantalla del sistema multimedia. El tablero es mucho más vistoso, con un estilo más tridimensional dividido en dos o tres niveles y el instrumental ubicado bastante más arriba de la posición habitual, como una suerte de head-up display e imitando el concepto i-Cockpit de Peugeot. También es nuevo el diseño del volante multifunción. Si bien todo el habitáculo está construido con plásticos rígidos, se nota mayor presencia de superficies revestidas en tela, realzando un poco más su imagen de calidad percibida.
Mención aparte para su equipamiento: puede ofrecer climatizador automático, sistema de frenado autónomo de emergencia, advertencia de cambio de carril involuntario, detector de fatiga, reconocimiento de señales de tránsito, 6 airbags, control de velocidad crucero y limitador, freno de estacionamiento eléctrico, asistente de estacionamiento y cámara de retroceso, entre otros ítems.
Desarrollado sobre la plataforma Smart Car –una evolución o variante específica de la CMP/eCMP-, en la mayoría de los países de Europa el C3 será comercializado sólo en versiones 100% eléctricas, denominadas ë-C3. Están impulsadas por un motor de 113 CV (83 kW), alimentado por un paquete de baterías de litio-hierro-fosfato (LFP) de 44 kWh de capacidad, lo que le permitirá recorrer hasta 320 kilómetros con una sola carga. La velocidad máxima es de 135 km/h (limitada electrónicamente) y puede acelerar de 0 a 100 km/h en unos 11 segundos. A la hora de su recarga, puede pasar del 20 al 80% en menos de 30 minutos ya que admite cargadores rápidos de hasta 100 kW de potencia. Más adelante se sumaría una opción más accesible, con 200 kilómetros de autonomía.
Para unos pocos mercados –España sería uno de ellos- y al igual que sucede con el Jeep Avenger o el Fiat 600-, el Citroën C3 también estará disponible con una versión con motor de combustión, en este caso el PureTech 1.2 de 100 CV, acoplado a una caja manual de 6 marchas.