Hatchback, sedán, monovolumen, SUV de 7 plazas y ahora un SUV compacto: la gama derivada del Clase A está casi completa y este miércoles, tal como estaba previsto, el nuevo Mercedes-Benz GLA vio la luz, completamente renovado y listo para continuar con el éxito logrado por su antecesor, que lleva más de un millón de unidades vendidas.
La segunda generación del GLA sigue compartiendo la plataforma con el Clase A, pero ahora se diferencia mucho más, especialmente en cuanto a estética: dejó de parecer una simple variante más levantada del hatchback o con estética de crossover para asemejarse a los SUV’s más grandes de la firma de Stuttgart. Esa diferenciación de diseño se nota a simple vista, en primer lugar, en el sector frontal con faros más grandes y redondeados junto con una nueva parrilla que de acuerdo a la versión varía su entramado: mientras que en las versiones convencionales cuenta con una barra lateral que acompañan el clásico logo de la marca, las versiones AMG utilizan una grilla con bastones verticales cromados, muy similar al del Mercedes-AMG GT. El paragolpes se destaca por una gran máscara de color negro que simula tomas de aire en los extremos y le dan una imagen de mayor anchura aunque no son funcionales.
De perfil, al igual que lo adelantaba el teaser publicado hace unos días atrás, también refleja algunas novedades: si bien su silueta es parecida, se destaca el nuevo diseño de las ventanillas, con una tercera superficie vidrada de formato triangular sobre el pilar C. Los laterales también muestran trazos más suaves, menos tensos que en su antecesor.
Por último, la parte trasera sí refleja ciertas similitudes con el Clase A o el Clase B, especialmente en el formato de los faros, que se extienden hacia el centro del portón. El toque deportivo lo aportan el spoiler de techo, las símil salidas de aire en los extremos del paragolpes y la doble salida de escape ovalada.
Estos cambios estéticos también se traducen en mayores dimensiones: el GLA creció a lo ancho: 1.834 mm (+30 mm), a lo alto: 1.507 mm (+104 mm) especialmente por su mayor despeje y en distancia entre ejes: 2.729 mm (+30 mm), aunque redujo levemente su largo total: 4.410 mm (-14 mm). Así, logró mejorar su habitabilidad, principalmente en las plazas traseras, y su capacidad de baúl, que pasó de 421 a 435 litros.
El gran salto con respecto al GLA que todavía se comercializa en nuestro mercado se da puertas adentro, con un tablero completamente rediseñado y muy parecido al del Clase B, con salidas de aire circulares tipo turbina de avión y las infaltables pantallas del sistema MBUX, que combina el instrumental digital con el sistema multimedia, con tecnología de inteligencia artificial y avanzados comandos por voz. Además, también cuenta con un sistema de iluminación ambiental que permite seleccionar entre diversos colores, haciendo aún más llamativo el interior.
Mecánicamente, el nuevo GLA ofrecerá una amplia gama de motorizaciones nafteras y diésel dependiendo del mercado donde se comercialice: la más accesible (GLA 200) utilizará el propulsor naftero 1.3 turbo de 163 CV, también estará disponible el 2.0 turbo de 224 CV (GLA 250), asociados a una caja automática de doble embrague de 7 y 8 marchas respectivamente.
Las variantes más prestacionales equiparán un 2.0 turbo de 306 CV (AMG GLA 35), llevado hasta los 387 CV en el caso de la AMG GLA 45 y hasta los 421 CV en la extrema AMG GLA 45S, siempre asociados a la transmisión automática de 8 marchas y al sistema de tracción integral 4Matic de acople automático.
Su llegada al mercado europeo está prevista para el segundo trimestre de 2020, mientras que su arribo en nuestra región debería darse hacia finales del año que viene.
