El constructor argentino más famoso nos sigue deleitando con sus creaciones y, mientras continúa trabajando en nuevos proyectos, también se da el gusto de lanzar ediciones especiales o productos tan exclusivos que se transforman en codiciadas piezas de colección apenas son develadas. Este es el caso del nuevo Imola Roadster, basado en el superdeportivo derivado del Huayra que llevaba este mismo nombre y del que solo fueron fabricadas cinco unidades.
Como aquel, se trata de la variante más extrema del Huayra, pero en este caso con una ventaja: mientras la versión de techo rígido sólo estaba homologada para circuito, el roadster puede circular por la calle. A la vista el primer detalle que llama la atención es el color verde de su carrocería, muy similar al British Racing Green típico de Aston Martin y que se combina perfectamente con los revestimientos interiores en color habano o marrón, lo que le otorga un aspecto, además de deportivo, elegante y refinado. Claro que tampoco descuida la agresividad típica de un superdeportivo, presente en los numerosos accesorios y aditamentos aerodinámicos en fibra de carbono, presente en los zócalos laterales, carcasa de los espejos, base del parabrisas, el enorme difusor trasero y el alerón que remata la parte trasera. También se destacan los arcos de seguridad ubicados por detrás de los respaldos de los asientos y la toma de aire superior.
Como todo vehículo de Pagani, bajo el capot encontramos un motor Mercedes-AMG, en este caso el conocido V12 biturbo de 6.0 litros, llevado hasta los 850 CV y 1.120 Nm de torque, asociado a una caja secuencial X-Trac de 7 velocidades, desarrollada específicamente para el Imola. Puede alcanzar los 350 km/h, e incluso superarlos, aunque posee un limitador electrónico. Para transmitir semejantes prestaciones al asfalto, posee neumáticos Pirelli P Zero Trofeo R, en medidas 265/30 R20 adelante y 355/25 R21 atrás, por supuesto con frenos a disco de cerámica Brembo y suspensión con amortiguadores con control electrónico.
Su precio no fue informado, sólo se sabe que serán construidas apenas ocho unidades y representa a la vez, una suerte de despedida del Huayra que será reemplazado por el nuevo Codalunga.
Horrible, Muy barroco.. a Pagani no le gustan las lineas limpias, tiene musculos, agujeros, rebordes, insertos, aletas por todos lados. Y los tableros son iguales, dos millones de volúmenes, palancas, botones. Pero tiene algunos dolares mas que yo, asi que estaré equivocado.
Sí me gusta, pero… no me vuelve loco. Tal vez, demasiado tuning para mi gusto. Demasiado tuning es como ver a una mujer con demasiado maquillaje. Supongo que debe ser mas «tecnificado» que los modelos anteriores y eso es bueno. Pero, en cuanto a la línea se refiere, sigo eligiendo al «viejo» modelo Zonda Pagani F 1. Es cuestión de opiniones.