Renault tiene una gran tradición entre los deportivos de tracción delantera, sólo basta con mencionar al icónico Clio Williams y más acá en el tiempo, a las últimas generaciones del Mégane R.S., una de las cuales en su momento llegó a marcar un récord en Nürburgring y también arribó a nuestro país.
Justamente, luego de la serie limitada que marcó el final de la tercera generación, hace unos meses atrás fue presentado su sucesor en el G.P. de Mónaco de la Fórmula 1, el Mégane IV R.S., tras varios adelantos en los que sólo se difundían algunos detalles. Ahora llegó el turno de su versión más extrema, que la marca denomina Trophy y como veremos, tiene varias modificaciones que lo acercan a la pista. De hecho, ese es su principal objetivo, lograr la dualidad entre un auto que pueda ser disfrutado en un Track Day durante el fin de semana, pero que a la vez sea versátil y funcional para el día a día.
Esto se ve reflejado a nivel estético: además de los paragolpes específicos con grandes tomas de aire y los Leds inspirados en una bandera a cuadros y difusor trasero con doble salida escape ya conocidos en la versión de 280 CV, el Trophy agrega nuevas llantas de aleación de 19 pulgadas con detalles en rojo y neumáticos de bajísimo perfil.
En el interior tampoco hay diferencias muy marcadas, salvo la incorporación de butacas símil competición Recaro (opcional en el R.S.), junto con tapizados en alcántara, apliques y costuras en rojo.
Los cambios más importantes, están debajo del capot: mecánicamente, los ingenieros de Renault lograron exprimir un poco más el motor naftero 1.8 TCe (turbo) del Mégane R.S. convencional, llevándolo de los 280 a 300 CV. Por primera vez, se ofrecerá con una transmisión automática –con modo secuencial y levas al volante- de doble embrague y 7 marchas. Afortunadamente para los más puristas, seguirá disponible una caja manual de 6 marchas. Además, contará de serie con un diferencial autoblocante del tipo Torsen, mejorando la transmisión de la potencia a las ruedas y su comportamiento en curvas.
Al igual que su antecesor, también posee el chasis Cup, con ajustes específicos, amortiguadores más rígidos con topes hidráulicos y un sistema de frenos de alto rendimiento con discos compuestos en las cuatro ruedas y cálipers de cuatro pistones, desarrollado por Brembo.
La llegada de la cuarta generación del Mégane a nuestro país es aún una incógnita. Por el momento, no está entre las prioridades de la marca francesa, pero a no desanimarse: si bien no se habla de las versiones “normales”, la R.S. sí tiene grandes chances de arribar a Argentina, más considerando que Renault no descuida su oferta deportiva y ya trajo a los anteriores.