Que el BMW Z4 y el Toyota Supra tienen mucho en común gracias a un acuerdo entre ambas compañías, lo saben muchos. Sin embargo, no es el único arreglo entre ambas automotrices, también son socias en su apuesta por el hidrógeno como combustible alternativo y van camino a avanzar aún más en esta alianza, que resulta clave para masificar esta tecnología.
Según medios de prensa europeos, Toyota y BMW están apunto de anunciar un nuevo memorando de entendimiento para ampliar su alianza con el objetivo de desarrollar componentes para vehículos impulsados a hidrógeno –utilizados directamente como combustible o del tipo FCEV-, así como también seguir impulsando la infraestructura necesaria para su abastecimiento.
Si bien los vehículos a hidrógeno han demostrado su potencial, ofreciendo autonomías mucho más extensas que sus equivalentes de batería, el costo de producción de este combustible y la falta de estaciones de carga son sus principales inconvenientes para su expansión a nivel global, por lo que suena lógico que dos compañías que desde hace muchísimos años vienen avanzando con sus propios desarrollos, se asocien entre sí para potenciarse. El acuerdo previo data de 2012, cuando la firma nipona comenzó a suministrar celdas de combustible a su par de Munich. Ahora, proveerá además tanques de hidrógenos y nuevos sistemas FCEV, mientras que la marca alemana se enfocará en la integración de estos componentes en sus vehículos y en la reducción de los costos de desarrollo y producción.
Aunque no bate récords de venta como en su momento lo hizo el Prius, Toyota ostenta hasta el momento contar con el FCEV más vendido: el Mirai, que ya va por su segunda generación y viene demostrando la viabilidad de esta tecnología. Por su parte, BMW quiere sumarse a este nicho de mercado y planea lanzar el iX5 Hydrogen hacia finales de esta década. Esta versión del SUV promete una autonomía de más de 500 kilómetros y un tiempo de recarga de menos de 5 minutos, cifras notablemente mejores que su equivalente eléctrico.
