No es el mejor momento para los hatchbacks tradicionales del segmento B en Europa, que poco a poco comienzan a desaparecer desplazados por los SUV’s o los eléctricos, aunque aún algunos mantienen un buen nivel de ventas como el Peugeot 208, Dacia Sandero o el Renault Clio, precisamente este último es el que acaba de renovarse para estirar su ciclo de vida comercial y seguir dando pelea mientras la marca se encamina hacia su estrategia de electrificación total.
La quinta generación del Clio recibió un replanteo bastante considerable en el sector frontal, donde se agrupan los principales cambios: la parrilla fue rediseñada y ahora es más ancha, contando con un entramado con pequeños detalles cromados, el nuevo logo de la marca y faros más finos y alargados, de Led en toda la gama. Mención aparte para las nuevas luces de circulación diurna –por supuesto también de Led-, que dibujan una firma luminosa en forma de flecha que será parte de la nueva identidad visual de la compañía y se extienden hacia la parte inferior del paragolpes, una solución bastante similar a los colmillos de Led de Peugeot. En el centro se destaca una gran toma de aire trapezoidal que, en el caso de la versión Esprit Alpine, posee un marco de color gris grafito, dándole un look más deportivo.
De perfil las modificaciones son ínfimas, cambiando sólo el diseño de las llantas de aleación –de 16 o 17 pulgadas-, aunque se agregaron más opciones de personalización y colores de carrocería. Por último, en la parte trasera se rediseñó la parte inferior del paragolpes y el layout interno de los faros.
Puertas adentro, el hatchback recibió una importante puesta al día: además de mejorar la calidad de materiales y revestimientos, estrena una nueva pantalla táctil para el sistema de infoentretenimiento Easy Link –ubicada en posición vertical- y un nuevo instrumental 100% digital con display de 7 o 9,3”, dependiendo de la versión. La variante Esprit Alpine agrega butacas deportivas con mayor agarre lateral, apliques de aluminio y revestimientos de cuero/tela ecológicos.
Mención aparte para los sistemas de asistencia a la conducción, llegando a disponer de control de velocidad crucero adaptativo con función Stop&Go, asistente de mantenimiento de carril, frenado autónomo de emergencia con detección de peatones y ciclistas y cámara con visión de 360º, entre otros ítems.
Mecánicamente, la gama seguirá siendo amplia y abarcando diferentes opciones: comienza con un motor naftero 1.0 TCe de 90 CV y 160 Nm de par, seguido por un 1.0 TCe de 100 CV y 170 Nm de torque, en este caso con tecnología bifuel (funciona tanto a nafta como a GLP) y un diésel Blue dCi 1.5 de 100 CV y 260 Nm de par, en todos los casos asociados a una caja manual de 6 marchas. Como tope de gama estará disponible la variante electrificada E-Tech, híbrida autorrecargable que combina un motor naftero 1.6 con dos motores eléctricos con los que entrega 145 CV y se asocia a una caja automática multimodo. Equipada con una batería de iones de litio de 1,2 kWh, según indica la firma del rombo, puede circular hasta el 80% del tiempo en modo 100% eléctrico.
Tras su presentación en el Viejo Continente, la marca comenzará a tomar reservas a partir de junio. Lamentablemente, no está prevista su llegada a nuestro país.
a primera impresión pensé que se copiaba mucho de Peugeot con ese frontal tan rasgado. luego supe que el ex diseñador de Peugeot ahora trabaja en Renault