Nació como un nicho de mercado creado por el BMW X6 pero tuvo tanta aceptación que no sólo otras marcas Premium desarrollaron sus propios “SUV’s coupés”, sino también las generalistas, desde Volkswagen hasta Fiat y por supuesto Renault no se iba a quedar afuera. Su primera apuesta fue el Arkana, pero el producto con el que ahora sí se mete de lleno en este formato mostrando todo su potencial es el nuevo Rafale, que fue presentado en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de Le Bourget.
Como ya lo explicamos en otros artículos, la elección de este evento tiene que ver con su denominación, que hace referencia al bombardero francés y rinde homenaje al pasado de Renault como fabricante de aviones. También podríamos relacionarlo con su estilo: el Rafale busca transmitir la agresividad de un caza y marca el rumbo que seguirán los productos del rombo en cuanto a diseño.
En el sector frontal se destacan los faros principales finos y alargados junto con una parrilla de importante tamaño y de formato trapezoidal, mucho más grande que la que estamos acostumbrados a ver en otros productos de la compañía. También llaman la atención las luces de circulación diurna, con un marco triangular y una firma luminosa en forma de flecha. Sin embargo, también es innegable el parecido a modelos de Peugeot como el 3008, 308 y 408, lo cual tiene una explicación: el SUV de Renault es obra de Gilles Vidal, ex jefe de diseño de la firma del león.
De perfil tienen protagonismo los trazos rectos y marcados, especialmente a la altura de los pasarruedas, así como la línea de cintura ascendente hacia el pilar C y su silueta con un remate posterior más inclinado tipo fastback, dándole la típica forma de un “SUV coupé” y una impronta propia. Por último, el sector trasero se caracteriza por los faros, también en forma de flecha y un gran aplique de color negro en el paragolpes a modo de difusor.
Puertas adentro sí transmite un estilo típicamente Renault, ya que toma el estilo del Mégane E-Tech Electric, Austral y Espace: cuenta con dos enormes pantallas en forma de L, una en horizontal para el instrumental y otra en vertical, pero unidas entre sí, para el sistema multimedia y la climatización. En este caso la ambientación deportiva está dada por los revestimientos en cuero/alcantara de color negro, con algunos detalles en azul para las versiones que llevan el sello Alpine. Las salidas de aire se extienden sobre el sector del acompañante y toda la plancha frontal y gran parte del habitáculo está iluminado con luces ambientales que pueden variar su tonalidad de acuerdo al gusto del conductor. Mención aparte para el enorme techo panorámico, que en lugar de disponer de una cortina, posee un sistema que varía su opacidad.
Desarrollado sobre la plataforma CMF-CD, sus medidas se acercan a las del nuevo Espace: mide 4,71 metros de largo, 1,86 metros de ancho, 1,61 metros de alto y posee una distancia entre ejes de 2,74 metros. En cuanto a sus mecánicas, también son compartidas con el D-SUV: inicialmente, se lanzará a la venta con una única configuración híbrida, compuesta por el propulsor naftero 1.2 TCe asistido por dos motores eléctricos con los que entrega una potencia combinada de 200 CV, acoplado a una caja automática multimodo, siempre con tracción delantera. Posee además el sistema 4Control Advanced, con dirección en el eje trasero. De acuerdo a la marca, gracias a su batería de iones de litio de 2 kWh puede circular en modo 100% eléctrico por algunos kilómetros y, en conducción urbana, el SUV puede funcionar hasta el 80% en este modo, permitiendo un ahorro de combustible de alrededor de un 40%. Más adelante se sumará una opción de 300 CV que incorporará un motor eléctrico en el eje trasero para contar con tracción integral y luego una variante híbrida enchufable.
Al igual que el Espace y el Austral, el nuevo Rafale será producido en la planta española de Palencia y llegará a los concesionarios europeos en las próximas semanas. Aún no hay rumores sobre su posible arribo a nuestro país.
