Ford continúa con la estrategia de lanzamiento de la nueva Ranger. Primero fue develada en Europa y en Tailandia, hace poco fue el turno de China y ahora acaba de arribar al mercado estadounidense, el paso previo a su desembarco en nuestra región. Si su antecesora ya se trataba de un producto global, la nueva lo es aún más ya que las diferencias entre la configuración para cada mercado son mínimas.
En el caso de América del Norte, como era de esperarse, esas diferencias corresponden sobre todo a las motorizaciones: no hay lugar para el diésel, en Estados Unidos y Canadá, la Ranger estará disponible exclusivamente con motores nafteros. Las versiones de entrada (XL y XLT) cuentan con el EcoBoost 2.3 turbo de 270 CV, mientras que la tope de gama (Lariat) equipan el EcoBoost V6 2.7 de 315 CV. Por su parte, la Ranger Raptor –que también se fabricará en Estados Unidos-, mantiene el V6 3.0 biturbo de 397 CV y 583 Nm de par como la que se comercializa en Argentina. En todos los casos, la transmisión es la caja automática con convertidor de par de 10 velocidades, con opciones 4×2 y 4×4 con selector de terrenos y modos de conducción.
El resto de sus características son similares, especialmente en cuanto a diseño. Estéticamente, está inspirada en la F-150 y en la Maverick, con grandes faros envolventes con una firma luminosa en forma de C, que continúan el diseño de la parrilla más una barra en el centro dividiendo a las ópticas. Por debajo se ubica una toma de aire y los marcos para las luces antiniebla, con un formato bastante parecido a la actual generación. De perfil también se mantiene un aire a la Ranger T6, especialmente en el diseño de las ventanillas, aunque con trazos más marcados buscando transmitir mayor robustez. Por último, la parte trasera es la más simple del conjunto y cuenta con faros muy parecidos a los de la Maverick junto con una nervadura que se extiende a lo ancho de la tapa de la caja de carga.
Puertas adentro, con trazos algo más simples, se buscó darle una imagen más minimalista, despojada de botones o mandos físicos: la mayoría de las funciones se comandan desde la enorme pantalla táctil de 12 pulgadas del sistema multimedia SYNC 4 –muy similar a la del Mustang Mach-E-, dejando sólo las perillas para el climatizador automático bizona. El instrumental también es 100% digital configurable por el conductor y puede mostrar también las indicaciones del navegador. Posee además sistema de cámaras con visión de 360º, servicios conectados y es compatible con la app FordPass, que permite acceder a varias funciones del vehículo desde un smartphone. Cabe destacar que como particularidad, en Estados Unidos se ofrecerán más opciones de personalización, pudiendo elegir entre varios diseños para las llantas de aleación, terminaciones de la parrilla y otros accesorios.
Que lastima que mo tengamos esa motorizacion en argentina