No es la primera, ni será la última. Cada vez más son las marcas que renuevan su logotipo y Ford no escapa a esta tendencia, aunque no es tan fácil de percibir ya que incluso ni la propia compañía publicó algún comunicado o acción de marketing revelando este cambio, sólo saltó a la vista de los más observadores durante la presentación del facelift de la F-150.
En línea con las otras compañías que renovaron su imagen para dejar en claro su salto hacia la era digital, de la tecnología y la electrificación donde las pantallas son las protagonistas, Ford aplicó un leve retoque a su icónico óvalo: por supuesto que la forma se mantiene, la modificación está en el marco, ya que el borde cromado fue eliminado y sólo se mantiene un borde blanco más fino. Otro detalle es que el azul del óvalo es más fuerte y el blanco también resalta más. Con estos cambios, el emblema deja su aspecto más tridimensional para pasar a ser 2D, en un claro guiño a su visualización en las pantallas.
Si bien pasaron casi desapercibidos, la firma estadounidense realizó varias modificaciones de su logo a lo largo de los años. El óvalo azul comenzó a ser utilizado en 1970 y luego recibió dos actualizaciones, en 2003 y 2018, a las que ahora se suma este nuevo retoque.
Este concepto de simplificar los logotipos es cada vez más común y recuerda, por ejemplo al de Nissan: su actual emblema tiene un diseño más simple y bidimensional en el que desaparecieron los bordes cromados. También el anillo que lo enmarcaba desapareció, al igual que los bordes internos. A su vez, la tipología de la letra es ahora mucho más fina. Lo mismo ocurrió con Fiat, que dejó el fondo cromado y rojo para pasar a utilizar sólo las letras, o Volkswagen, una de las primeras en presentar una actualización de este tipo, dejando de lado el estilo tridimensional para volver a una apariencia 2D más simple y que recuerda a su emblema de los 80 y 90. También Renault “volvió a sus orígenes” con un rombo más minimalista y sobrio.