A principios de octubre, Kia sorprendió con la presentación del nuevo K3, en aquel momento en su silueta berlina, siendo el modelo que reemplazará al Rio a nivel global. Pero la firma surcoreana se tenía guardado algo más en la galera: en el marco de su lanzamiento en México, reveló también su variante hatchback, que toma bastante distancia del sedán a nivel estético.
Comencemos por los puntos en común. Lo primero que llama la atención es justamente su estética: creado bajo la filosofía Opposited United, se destaca en el sector frontal los faros finos y alargados que a la vez dan continuidad a la parrilla Tiger Nose –con el logo de la marca sobre el capot- y que se extienden hasta la parte inferior del paragolpes, con una firma luminosa que dibuja una suerte de 7. Por debajo cuenta con una amplia toma de aire de formato trapezoidal, con los faros antiniebla en los extremos.
Su línea de cintura asciende hacia el pilar C y como detalle adicional, posee protecciones en plástico negro en los pasarruedas y el sector inferior de la carrocería junto con llantas con terminación diamantada. Los cambios aparecen desde el pilar B hacia atrás, con un aplique cromado en forma de aleta de tiburón sobre el pilar C y que termina de darle forma a la tercera ventanilla. El remate posterior está menos inclinado que en otros hatchbacks y el baúl “estirado” hacia atrás, lo que repercutirá favorablemente en la capacidad de carga.
Puertas adentro la evolución es total y nuevamente refleja su parentesco con los últimos lanzamientos de la marca: el tablero cuenta con formas más tridimensionales y dos enormes pantallas unidas entre sí, una para el instrumental y otra para el sistema multimedia junto con el nuevo volante de diseño similar al del EV3. Por debajo y hacia los costados se ubican las salidas de aire y los nuevos comandos del climatizador. Su ambientación es algo más minimalista y promete materiales de buena calidad.
A nivel de equipamiento, dependiendo de la versión, el K3 puede contar con climatizador automático bizona con salidas para plazas traseras, iluminación ambiental personalizable, 6 airbags, control de estabilidad y el paquete de asistencias a la conducción Drive Wise con alerta de colisión frontal, sistema de mantenimiento de carril, alerta de puntos ciegos, alerta de tráfico cruzado y detector de fatiga, entre otros ítems.
Por el momento, desde la firma de Seúl no aclararon si está desarrollado sobre una nueva plataforma, sólo remarcaron que posee una estructura profundamente reforzada y recibió el motor Gamma 1.6 de 121 CV y 157 Nm de par, disponible con caja manual o automática de 6 velocidades. En algunos mercados también ofrecerá un 1.4 de 99 CV. Mención aparte para la versión GT-Line, impulsada por un 2.0 de 150 CV asociado a una caja automática de 6 marchas. En este caso, las dimensiones son más acotadas que en el sedán, pero superan considerablemente las de un B-Hatch habitual: mide 4.295 mm de largo, 1.765 mm de ancho y 1.495 mm de alto.
Producido en la planta mexicana de Nuevo León, se espera que el nuevo K3 arribe a nuestra región durante el año que viene.