Toyota también se prepara para avanzar en su estrategia de electrificación total. Luego de cumplir en prácticamente toda su gama el objetivo de ofrecer una versión híbrida, el siguiente paso será el de contar con un portfolio 100% eléctrico. Para ello, así como Volkswagen posee su familia ID, la marca japonesa tendrá una submarca denominada bZ (beyond Zero) compuesta inicialmente por siete vehículos desarrollados sobre la plataforma e-TNGA. El primer anticipo lo dio en abril con la presentación del bZ4X concept, un SUV del tamaño de la RAV4 del que ahora fue develada la versión de producción.
En aquel momento destacamos su moderno diseño que, a pesar de tratarse de un prototipo, ya era un vehículo plenamente funcional que bien podría estar exhibido en un concesionario. Su estética, si bien resulta bastante llamativa, está en línea con otros de sus productos, de hecho, tiene un innegable aire al RAV4, especialmente de perfil y en la vista posterior. El sector frontal se destaca por los vistosos faros de Led, con un formato parecido al del Yaris Cross. Eso sí, carece de parrilla –en su lugar cuenta con un aplique en color negro que oculta los sensores de los sistemas de asistencia a la conducción-, la toma de aire inferior es pequeña y cuenta con dos a los extremos del paragolpes que cumplen una función aerodinámica, orientando el aire hacia las ruedas. Otro detalle llamativo son los pasarruedas, de color negro brillante, que se extienden hasta los faros. Los laterales, como mencionamos anteriormente, tienen un estilo similar al de la RAV4 y en la parte trasera, la mayor inclinación del portón le otorga una apariencia más dinámica.
Puertas adentro es donde más se asemejaba a un modelo de producción, y de hecho, todo se mantuvo intacto, incluyendo sus particularidades: la consola central forma un tunel hacia el apoyabrazos, las marchas se seleccionan mediante una perilla giratoria y el instrumental imita el concepto i-cockpit de Peugeot. La pantalla está ubicada en una posición más alta y cercana al parabrisas como un head-up display. El único detalle que cambió levemente fue el diseño del volante, que en el concept tenía una forma similar al de un monoplaza de Fórmula 1 y que ahora luce un aro más convencional. Eso sí, conserva el nuevo sistema de dirección por cable, que no tiene piezas mecánicas que conecten la columna de dirección con el tren delantero, sino que posee un sistema del tipo fly by wire más preciso y con el que ya no será necesario dar giros completos al volante.
El sistema multimedia es apto para recibir actualizaciones a distancia. Equipa además paneles solares en el techo para complementar los sistemas de carga de la batería e incluye el paquete de asistencias a la conducción Toyota Safety Sense de tercera generación, con más funciones semi-autónomas.
De lo que no se tenían datos hasta el momento era de su mecánica: el bZ4X será ofrecido en dos versiones, una con tracción simple equipada con un motor ubicado en el eje delantero de 204 CV y 27,2 kgm de torque alimentado por un paquete de baterías de iones de litio de 71 kWh de capacidad refrigeradas por líquido. Podrá acelerar de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos, alcanzar una velocidad máxima de 160 km/h (limitada electrónicamente) y recorrer hasta 450 kilómetros con una sola carga según el ciclo WLTP. La otra variante contará con un segundo motor ubicado en el eje trasero, en este caso, la potencia será de 214 CV y el torque de 34,2 kgm. Las baterías son las mismas de 71 kWh de capacidad y podrá acelerar de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos, mientras que la velocidad máxima también será de 160 km/h (limitada) y la autonomía de 450 km. La marca asegura que la durabilidad de sus baterías será una de sus virtudes, en diez años, apenas perderán un 10% de su capacidad.
El bZ4X será lanzado al mercado hacia mediados del año que viene, apuntando principalmente a Japón, Estados Unidos, China y Europa. Casi en simultáneo llegará su mellizo de Subaru, el Solterra.