Es por demás conocida la acertada estrategia de Toyota de apostar por los híbridos, pero también, como parte de su compromiso hacia la descarbonización total, desde la firma nipona saben que tienen que ampliar su gama de vehículos eléctricos, especialmente en el mercado europeo para estar a la par de sus rivales. Para ello, decidieron apoyarse en su alianza con Suzuki, de la que surgió el nuevo Urban Cruiser.
Aunque a simple vista es fácilmente identificable como un producto de Toyota, lo cierto es que en realidad es casi un rebadge del nuevo Suzuki eVitara: la plataforma, mecánica, interior y gran parte de la carrocería son similares. Las únicas diferencias aparecen en el sector frontal y posterior, donde Toyota aplicó un acertado rediseño para alinearlo a su family feeling: faros delanteros en forma de C, una delgada parrilla que los une entre sí y una pequeña toma de aire trapezoidal en la parte inferior del paragolpes. Atrás, un leve rediseño interno en los faros, el obligado cambio de insignias y no mucho más.
Puertas adentro es idéntico al eVitara. En el tablero se destacan las dos pantallas unidas entre sí, una para el instrumental y otra para el sistema multimedia, aunque afortunadamente no deja de lado los mandos físicos. Por debajo y sobresaliendo más hacia los pasajeros, se ubican las salidas de aire y el túnel de transmisión elevado, dejando un hueco portaobjetos por debajo. El tapizado bi-tono junto con apliques símil aluminio, realzan su imagen. No hay muchos detalles sobre su equipamiento, pero estimamos que deberá ser bastante completo para que pueda competir de igual a igual con sus rivales e incluirá sistemas de asistencia a la conducción.
Desarrollado sobre la plataforma Heartect-e, contará con configuraciones de uno o dos motores para tener tracción delantera o integral. Según la compañía, mide 4,28 metros de largo, 1,80 metros de ancho y 1,63 metros de alto, medidas que lo ubican justamente en el segmento B.
Mecánicamente, la versión de entrada estará impulsada por un motor de 144 CV (106 kW), mientras que la intermedia será algo más potente, con 174 CV (128 kW), siempre con tracción delantera. La variante tope de gama, con tracción integral, añade un motor en el eje trasero, totalizando 184 CV (135 kW) junto con un modo de conducción Trail, que distribuye el torque en cada rueda de acuerdo a la demanda y/o superficie por la que se transite. En cuanto a sus baterías, equipará unas del tipo LPF (litio-hierro fosfato), con capacidades de 49 a 61 kWh, que le permitirá alcanzar una autonomía de 310 a 450 kilómetros.
Con la idea de complementar al Yaris Cross en el mercado europeo, su llegada al Viejo Continente está prevista para mediados de 2025, aunque su debut ante el público tendrá lugar en el Salón de Bruselas, en enero.