Los descapotables siempre fueron símbolo de exclusividad y estatus. Estas versiones solían coronar la gama de algunos productos así como las coupés. Lamentablemente, la caída en la demanda y el avance de los SUV’s los llevaron casi a desaparecer, más aún en el caso de productos accesibles, quedando reservados sólo a los nichos Premium. Sin embargo, Volkswagen se propuso crear algo especial para celebrar la recientemente anunciada inversión de R$ 9.000 millones en Brasil: así nació el Virtus Cabriolet.
Por supuesto se trata de un showcar, un one-off, una sola unidad desarrollada a partir de un Virtus Exclusive y que fue utilizada para trasladar al presidente brasileño Lula da Silva durante su recorrida a la planta de Anchieta y es una tradición de la marca alemana crear estos vehículos para ocasiones especiales, tal como sucedió con sus antecesores Polo y Fox Cabriolet, sin olvidar al mítico Fusca, entre otros.
Más allá de que a simple vista parece un Virtus al que únicamente le cortaron el techo, de acuerdo a la firma de Wolfsburg, la unidad tiene varias modificaciones internas: se reforzaron numerosos puntos clave del vehículo al carecer de los pilares B y C, a fin de garantizar una buena rigidez. También se trabajó en el piso del vehículo para dejar mayor espacio de separación entre los asientos delanteros y traseros, se le colocó un tanque de combustible más pequeño y butacas traseras con un diseño exclusivo para este modelo. Asimismo, se fabricaron piezas específicas para cubrir el corte del techo en los diferentes parantes y en la parte posterior donde iría la unión entre la luneta y la tapa de baúl, así como algunos ajustes en los sistemas electrónicos de la unidad.
Estéticamente, comparte varios elementos con las versiones Highline y Exclusive, incluyendo el color Azul Biscay, los detalles cromados, las llantas de aleación con terminación bi-tono diamantadas y se le agregó una barra detrás de las butacas delanteras para que los pasajeros de atrás puedan sostenerse en caso de ir parados durante un desfile. En cuanto a su mecánica, mantiene el conocido motor naftero 1.4 TSI de 150 CV y 250 Nm de par, acoplado a la caja automática con convertidor de par de 6 velocidades.
A cargo de la transformación estuvo un equipo de alrededor de 30 profesionales del área de Desarrollo de Producto junto con el soporte del área de Calidad, teniendo apenas seis semanas para la creación y entrega del vehículo. Al respecto, Antonio Carnielli Jr., Director de Desarrollo Técnico de Volkswagen, afirmó: “Teníamos que proporcionar un buen espacio trasero para los ocupantes, garantizando seguridad y confort para el propósito de uso del vehículo. También fue necesario garantizar que la resistencia y rigidez estructural sean lo suficientemente buenas. Todo eso en un período extremadamente corto”.
Tras el recorrido y las fotos, el Virtus Cabriolet pasará a formar parte del Garage VW, una colección que la marca posee en el país vecino y acompañará a los demás vehículos especiales, prototipos y deportivos creados en los últimos años.