La nueva generación de la Chevrolet Colorado va tomando forma y las pruebas se intensifican mes a mes: luego de que una unidad fue fotografiada en febrero, recientemente apareció otra, en este caso con una configuración diferente, aún más imponente y con mayor preparación para el off road, anticipando que posiblemente también cuente con una versión más deportiva para competir directamente con la Ford Ranger Raptor.
Tal como señalamos anteriormente, esta unidad se destacaba por contar con mayor despeje, neumáticos todoterreno y una suspensión más robusta, junto con estribos laterales rebatible que no molestan para el off road y un paragolpes delantero con mayor ángulo de ataque.
La nueva generación de la pick up mediana está en pleno desarrollo y se espera que sea presentada en octubre, por lo que la marca está próxima a culminar la producción de la actual. De acuerdo a medios de prensa estadounidenses, utilizará una evolución de la plataforma GTM31XX-2, sumando más tecnología y, aparentemente, un leve incremento en sus dimensiones, ganando un porte con mayor presencia.
Estéticamente, aunque el vehículo contaba con camuflaje en toda la carrocería, el sector frontal estaría inspirado en la nueva Silverado EV, dividido en dos sectores y con una gran parrilla/toma de aire central. Más allá de las fotografías del exterior, también se conocieron en febrero imágenes del interior. Allí sí se notaba un gran parecido con la pick up full size eléctrica, con un estilo mucho más moderno y tecnológico. El tablero contará con dos enormes pantallas, una para el instrumental y otra tipo tablet flotante para el sistema multimedia, con las salidas de aire ubicadas por debajo. El volante, en cambio, resulta bastante similar al que podemos encontrar por ejemplo en el Onix o en la Tracker.
Aunque la Colorado es un producto pensado para el mercado norteamericano, la idea de la marca es que en esta nueva generación la S-10 siga los mismos pasos. Si bien ya compartían plataforma, se buscará que ambas pick ups utilicen más componentes en común, es más, serían prácticamente idénticas, variando solo la configuración mecánica y algunos ítems de equipamiento para adaptarlas a cada mercado. En América del Norte tendrán preponderancia las motorizaciones nafteras, mientras que para nuestra región se mantendrá el propulsor turbodiesel Duramax 2.8, seguramente con un incremento de potencia para ponerse a tono con sus rivales.
Sin más detalles sobre la futura S-10, lo que sí está confirmado es que se seguirá fabricando en Brasil ya que GM anunció una importante inversión para asegurar su producción en el complejo industrial de Sao José dos Campos.
