La cancelación del Salón de Ginebra no impidió a Volkswagen mostrar sus múltiples novedades previstas para la muestra suiza: al Golf GTI, GTD y GTE se sumó también el segundo integrante de la gama ID, el ID.4, el SUV que complementará al hatchback e inclusive marcará el desembarco de la familia de eléctricos de la firma alemana en otros mercados fuera de Europa.
Y es que la compañía ya anunció que se producirá y comercializará en Estados Unidos, Europa y China, pero a la vez, por sus características propias –como un mayor despeje y habitabilidad- es uno de los que más chances tiene de arribar a nuestra región y específicamente a nuestro país, tal como lo adelantó Pablo Di Si, CEO de VW para América del Sur, aunque habrá que esperar no solo su debut en el Viejo Continente, sino también un mayor desarrollo de la infraestructura para la recarga de las baterías.
El ID.4 fue develado de manera virtual como muchas de las presentaciones del suspendido Salón y, a pesar de que ya luce su carrocería definitiva, aún fue definido por la marca como un prototipo y contaba con una suerte de ploteo que ocultaba mínimos detalles. Tal como lo anticipaban las fotografías tomadas a las unidades de prueba durante su desarrollo, se observa una clara inspiración en el concept ID. Crozz, aunque con soluciones propias para llevarlo a la producción, como las puertas y ventanillas con marco y faros algo más simples. El aire de familia con el ID.3 es innegable y se observa principalmente en el sector frontal, en el formato de los faros y la firma luminosa de Led que no solo sigue el contorno de las ópticas sino que también continúa en la parrilla hasta tocar el logo de la marca. Por debajo cuenta con una toma de aire inferior y dos en los extremos –en lugar de las luces del prototipo- que canalizan el aire hacia las ruedas.
De perfil su silueta es bastante similar a otros SUV’s de Volkswagen, aunque con trazos menos marcados y superficies más limpias y estilizadas. Como todo vehículo de este tipo, el toque aventurero está dado por las protecciones en plástico negro en los pasarruedas, zócalos y la parte baja de la carrocería. El toque deportivo lo aportan las enormes llantas de aleación de 18 o 19 pulgads con terminación diamantada y neumáticos de perfil bajo.
Por último, en la parte trasera se destaca el diseño interno tridimensional de los faros, que como en el T-Cross se extienden a lo ancho del portón. El paragolpes cuenta con un gran aplique en color negro a modo de protección que abarca desde el portapatente hasta el símil difusor. De acuerdo a los bocetos previos el pilar C y la parte superior de las ventanillas traseras contarán con un aplique de color aluminio, separando el techo y el spoiler del portón, ambos de color negro.
Donde Volkswagen mantiene la incógnita es en el interior. Si bien se espera que sea bastante similar al del ID.3, todavía no hay imágenes oficiales que muestren el aspecto de la versión definitiva ni su equipamiento.
Otro punto en el que la firma de Wolfsburg no brindó mayores precisiones es la mecánica: se sabe que está desarrollado sobre la plataforma MEB y que arribará en un principio con versiones de tracción trasera –con un motor ubicado en el eje posterior- a las que luego se sumarán versiones con tracción integral –con un propulsor adicional en el eje delantero-. Los niveles de potencia rondarían entre los 200 y 306 CV de acuerdo a la configuración, mientras que el paquete de baterías de iones de litio estará ubicado sobre el piso del vehículo y, según la versión, podrá proporcionarle una autonomía de alrededor de 500 kilómetros según el ciclo WLTP. Basándonos en la gama del ID.3, podría contar con una capacidad de 77 kWh para la de mayor rango y de 58 kWh para las opciones más accesibles.
Los datos que faltan se irán dando a conocer en los próximos meses, ya que se espera su lanzamiento para medianos o finales de este año. ¿Repetirá el éxito del ID.3 First Edition que acumuló más de 30.000 pedidos en poco más de un mes?