
La nueva generación de la Volkswagen Tiguan comienza a desembarcar en América Latina: tras su presentación en México -donde se fabrica- y su lanzamiento en Estados Unidos, finalmente llegó a los concesionarios del país azteca, lo que nos puede servir como referencia para nuestra región, como una de las varias novedades que prepara la marca para los próximos años.
La reemplazante de la Tiguan AllSpace es en realidad un derivado del Tayron que se comercializa en Europa. Su diseño refleja claramente el nuevo estilo de la marca, dejando de lado los trazos rectos por líneas algo más redondeadas e inspiradas en el ID.4, especialmente en el sector frontal, como el formato de los faros –con una firma luminosa que se extiende sobre la parrilla, más fina que en el modelo actual y del paragolpes, con una enorme toma de aire que se extiende a lo ancho y dos canalizadores de aire en los extremos. En este caso, la parrilla es más delgada y los faros algo más rectangulares. Dependiendo de la versión puede contar con detalles cromados, más partes en color carrocería o una suerte de máscara de color negro más deportiva para la versión R Line.
De perfil es donde se perciben las sutiles diferencias frente al Tayron europeo. Si bien mantiene la línea de cintura ascendente y la ventanilla triangular sobre el pilar C es mucho más pequeña, a la vez que el largo total es menor. Esto se debe a que la nueva Tiguan mexicana tendrá 5 plazas en lugar de 7. La parte trasera es idéntica en ambas, con faros con un diseño más horizontal muy parecido al del facelift de la T-Cross y un aplique que se extiende sobre el portón, uniéndolos bajo un acrílico traslúcido.
Puertas adentro, también son similares, con un diseño más tridimensional del tablero y un gran despliegue tecnológico. En ambos, el protagonismo de la plancha frontal se lo llevan las pantallas, una para el instrumental –de 10,25”- y la otra de 12,9 o hasta 15” tipo tablet flotante para el sistema multimedia, todas enmarcadas con un aplique en Piano Black y con un vistoso sistema de iluminación ambiental.
Para el mercado mexicano, el C-SUV se comercializa en tres versiones, Trendline, Comfortline y R-Line. La primera de cuenta con llantas de aleación de 17 pulgadas, faros Full Led, sistema multimedia con pantalla táctil de 12,9 pulgadas e instrumental digital, climatizador automático, tapizado de tela y equipo de audio con 6 parlantes. En seguridad, posee frenos a disco en las 4 ruedas con ABS/EBD/BA, seis airbags, control de estabilidad y tracción, asistencia de arranque en pendientes y varios sistemas de asistencia a la conducción.
La versión Comfortline agrega llantas de aleación de 18 pulgadas, techo panorámico, tapizado en cuero Leatherette, asistente de voz y conectividad para Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico. Por último, la variante R-Line suma llantas de aleación de 20 pulgadas, butacas deportivas, sistema multimedia con pantalla táctil de 15 pulgadas, equipo de sonido Harman Kardon y sistema de iluminación ambiental personalizable.
En cuanto a sistemas de asistencia a la conducción, toda la gama dispone de control de velocidad crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia, asistente de colisión frontal, detector de fatiga, asistente de mantenimiento de carril, monitor de punto ciego con alerta de tráfico cruzado trasero y Travel Assist con función de tráfico Stop & Go. La versión R-Line añade asistente de estacionamiento y cornering lights.
Mecánicamente, a diferencia de Estados Unidos donde se ofrece con el motor naftero 2.0 TSI de 204 CV, en México sólo está disponible con el también conocido propulsor 1.4 TSI de 150 CV y 250 Nm de torque, acoplado a la caja automática DSG de doble embrague y 7 velocidades, por ahora sólo con tracción delantera.
Su llegada al resto de América Latina está prevista para los próximos meses, por lo que a Argentina debería arribar hacia fines de año o ya para comienzos de 2026.
Insisten con la DSG / archiproblematica mundialmente por su mecatronica